El Real Madrid no hace más que ver cómo aumentan sus dudas. Después de mostrarse inseguro pero acabar venciendo -con mucho sufrimiento- la semana pasada en Kaunas contra el Zalgiris, los hombres de Pablo Laso han hincado la rodilla contra Unics Kazan y en casa, en el casi inexpugnable Palacio de los Deportes, donde hasta la fecha se mantenía invicto y donde cosechaba una racha de 21 victorias consecutivas en la máxima competición continental.
El verdugo ha sido un exjugador de la plantilla madridista. El pívot D’Or Fischer se ha erigido como el líder del conjunto ruso. Con 25 puntos, 8 rebotes y 5 tapones el otrora jugador de Real Madrid y de Bilbao Basket ha sido un escollo que la parroquia madridista se ha mostrado incapaz de parar. Haciendo y deshaciendo a su antojo en ambas zonas, el interior norteamericano ha conseguido de esta forma colocar la tercera victoria en el casillero de Unics Kazan.
Desde el principio se vio a un Real Madrid incómodo sobre el parqué del Barclaycard Center. Pronto el equipo visitante adquiría las primeras rentas del partido (7-15 en el minuto 5 de partido), que, aún siendo contrarrestadas por parte de la parroquia madridista hasta llegar a un 22-23 al final del primer cuarto, en ellas se apreciaba la superioridad del equipo ruso.
Solamente en el segundo cuarto se atisbó algo del juego que el madridismo quiere ver. De la mano de Sergio Rodríguez el Real Madrid cosechó un segundo parcial favorable a sus intereses, con compases de juego brillantes. No obstante la buena labor del segundo cuarto, gracias a la que los locales llegaron a la mitad del encuentro con un marcador a favor de46-42, de poco sirvió ante el despropósito de la segunda mitad blanca.
Tras el descanso el conjunto ruso avasalló a los blancos. Curtis Jerrels a base de tripes y D’Or Fischer en la pintura se encargaron de sacar a la luz todas las vergüenzas del equipo dirigido por Pablo Laso. Un parcial de 29-43 para los hombres dirigidos por Evgeny Pashutin hacía las delicias de la afición rusa y acababa con la ilusión de la hinchada madridista para acabar asaltando el Palacio por un marcador de 75-85.
Cada día que pasa se añora más la figura de Rudy Fernández en el equipo blanco. El alero mallorquín es el pegamento de un equipo que parece que sin él no logra terminar de arrancar. Segunda derrota en Euroliga y lo que es peor, las dudas. Dudas ante una defensa que si algo está demostrando hasta la fecha es ser poco fiable. La verdadera competición todavía no ha empezado para el Real Madrid, esperemos que para entonces el equipo haya logrado crear esa dinámica positiva que le alce a su máximo nivel, algo que desde luego estamos todavía lejos de ver.
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