Cuando empezó la Euroliga, hace ya un mes, ningún aficionado al baloncesto pensaba que el Unics Kazan terminaría la primera vuelta de la fase regular con un balance de 1-4. El equipo ruso, finalista de Eurocup la temporada pasada y que consiguió su clasificación para la Euroliga en la fase previa, se gastó un dineral en verano para formar un equipo que aspirase a todo. Los pronósticos le situaban en el Top 16 y peleando por entrar en playoffs, pero ya se sabe que la competición pone a cada uno en su sitio.
Nadie podía imaginar que una plantilla entrenada hasta la semana pasada por Pedoulakis (ex Panathinaikos) y ahora por Pashutin, que contaba con una gran estrella como Keith Langford (máximo anotador de Euroliga la temporada pasada) y con buenos jugadores como Curtis Jerrells, Kostas Kaimakoglou, Nikos Zisis o Viktor Sanikidze sólo ganase al Sassari en la primera vuelta. La falta de resultados provocó un cambio de entrenador, lo que se tradujo en una victoria clave la semana pasada ante el Anadolu Efes, remontando 15 puntos en la segunda mitad. D’or Fischer vuelve a la que fue su casa durante la temporada 2010-2011, en la que es la primera visita del Unics a Madrid desde la semifinales de la Uleb 2006-2007 en Vistalegre.
El Real Madrid, que la semana pasada sufrió y de qué manera en Kaunas, logrará matemáticamente la clasificación para el Top 16 si gana, aunque contará con la baja de Facu Campazzo, que se hizo un esguince en el ligamento lateral externo del tobillo izquierdo en el partido contra el CB Sevilla y será baja durante tres o cuatro semanas. Rudy sigue su proceso de recuperación. Ya viajó a Sevilla y su reaparición está cada vez más próxima, aunque posiblemente Laso se tomará su regreso con calma.
El objetivo blanco, recuperar la regularidad a la hora de defender. Pese a cerrar otra semana con dos victorias, las sensaciones, sobre todo en el aspecto defensivo, siguen lejos de convencer, con muchos altibajos. Eso sí, queda tiempo para ajustar cosas. Lo importante empieza en enero.
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