Mientras Nikos Pappas daba el relevo en la guardia de la noche del OAKA al gran capitán Dimitris Diamantidis, el Real Madrid se ponía deberes para las tres últimas jornadas de Euroleague. Tiene que ganar obligatoriamente dos partidos de los tres que faltan y por tanto el partido contra Maccabi de la semana que viene se convierte en vital, además de no acometer otro partido tan malo como el perpetrado esta noche en Atenas contra Panathinaikos (85-69).
El Madrid nunca tuvo chispa en ningún momento. Salió sin la fuerza ni personalidad suficiente a la pista del Panathinaikos para dar el golpe maestro a su clasificación. Solo el lanzamiento de tres en el primer cuarto mantenía a flote al Real Madrid ante la salida encorajinada de los verdes. La pintura era el salón de casa de Gist, Batista y Mavro que campaban a sus anchas ante la débil defensa interior (15-13). La primera aparición del hombre de la noche, Nikos Pappas con 4 puntos consecutivos daba la primera señal de alarma, que Ayón mitigaba con una canasta postrera al final del 1º cuarto (19-13).
El Madrid seguía sin encontrarse en la pista y ahora era DeMarcus Nelson el que abusaba de la defensa del Madrid para delirio de la fanaticada local. Al rescate apareció Rudy Fernández que se subió el equipo a la espalda, junto a su escudero Maciulis en defensa y con un triple de crack empataba el partido a 29. Parecía que los blancos habían llegado a la batalla al fin. Sim embargo un soldado kamikaze apareció desde la retaguardia del mariscal Ivanovic y despertó a su equipo. Gani Lawal aporto lo necesario para que Panathinaikos lograra otro parcial a favor para irse al descanso con ventaja (41-35).
Tras el descanso, Nikos Pappas decidió que iba a arrasar toda defensa del enemigo y a su espalda todo el Panathinaikos destruyo al Real Madrid con un parcial de 28-18. El escolta heleno acababa el cuarto con 20 tantos y solo un fallo en el tiro domino al Real Madrid a pesar de que la distancia no era mayor de 10 tantos, el pésimo porcentaje en tiros de campo y que los triples dejaron de entrar fue cavando la tumba blanca, incapaz de contener no solo a Pappas, sino al juego interior heleno durante toda la noche (69-53).
En el último cuarto DeMarcus Nelson, el mejor aliado de Pappas daba la puntilla al partido llegando a los 20 puntos de ventaja. En el Madrid solo mostro ganar de luchar un Jaycee Carroll que fue el rey de los minutos de la basura con 14 tantos en el último cuarto que son solo maquillaje para un partido sin historia blanca.
El 85-69 refleja la superioridad verde más agresivos, ante el Madrid que realizo el peor partido en 2 meses. Queda para los de Laso no fallar en el palacio de los deportes ante Maccabi la semana que viene para maniatar la ventaja de campo en play off.
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