Sabíamos que este inicio de temporada sería duro. Sabíamos que el grupo que nos tocó en Euroliga es una locura. Pero nada, absolutamente nada, justifica la actuación del Real Madrid en Estrasburgo.
El conjunto de Pablo Laso, en una de las noches más negras que se le recuerdan por el Viejo Continente, ha sido derrotado por el Estrasburgo de Vincent Collet por 93-86, complicando su pase para el Top-16 de la Euroliga.
Desde el principio se vio a un Real Madrid irreconocible sobre el parqué del Rhenus Sport. El Estrasburgo, comandado por unos colosales, lograba las primeras rentas del encuentro. No obstante un parcial de 0-16 favorable a la disciplina merengue les colocaba por delante a la finalización del primer cuarto. No dejaría de ser un oasis en el desierto.
Cuando juegas con fuego te quemas. El Real Madrid pronto volvió a la triste actitud de los minutos iniciales y el Estrasburgo comenzó a creer en la machada de derrocar al vigente campeón de Europa. Comandadados por unos colosales Beaubois y Campbell, los locales rompían el partido sin que al Real Madrid pareciera importarle el bochornoso espectáculo que estaba brindando en territorio francés. Las rentas, que durante el tercer cuarto han llegado a superar los veinte puntos de diferencia, no preocupaban a un equipo que hoy no estaba dispuesto a dar la cara en la pista.
Al final, en unos minutos finales donde ha debido aparecer la vergüenza en sus cabezas, el conjunto blanco ha mostrado algo de orgullo encabezado por un gran Taylor, al cual se puede salvar de la quema de hoy. El sueco se ha echado el equipo a la espalda hasta el 93-86 final, dejando abierta la posibilidad de recuperar en el Palacio el average con el equipo francés.
No estamos eliminados ni mucho menos, pero las cosas se han puesto feas. No dejar que se escape nada del Palacio debe ser la clave para lograr la clasificación. Eso y aprender de estas derrotas, errores que no se pueden olvidar. No todos los días se va a remontar de forma milagrosa con triple agónico como contra el Bayern.
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