Hoy, a las 20:45 horas, el Real Madrid juega su primera final de la temporada. Sí, todos sabemos que en septiembre se jugó una en Brasil, pero la incidencia de aquellos dos partidos, aunque se pelease por un título, estaba muy lejos de la importancia que tiene el choque de esta noche.
Recibimos en el Palacio de los Deportes al Fenerbahce Ulker, líder de nuestro grupo y que tiene la oportunidad de -prácticamente- mandarnos a la Eurocup si consiguen imponerse. Seguro que ni en sus mejores sueños Zeljko Obradovic hubiese imaginado una oportunidad como la que se le presenta esta noche: eliminar en diciembre a uno de los máximos favoritos al título.
El partido de la primera vuelta en Estambul mostró algunos de los problemas que el equipo de Laso sufre desde el inicio de temporada: el agujero defensivo y la falta de acierto exterior nos penalizan mucho, especialmente en Europa. Los turcos no sufrieron en exceso para llevarse el choque, en una noche especialmente brillante de Ekpe Uudoh y Luigi Datome. Y es que Obradovic cuenta con una plantilla de ensueño, mejor incluso que la temporada pasada: Bobby Dixon, Bogdan Bogdanovic, Jan Vesely, Datome, Kostas Sloukas o Pero Antic. Para añadir más dificultad al asunto, Laso no podrá contar ni con Rudy, que se opera hoy mismo de una hernia discal, ni posiblemente con Trey Thompkins, con un problema en la mano.
La clave del partido, como viene siendo habitual en Euroliga, será cortar la sangría defensiva que sufrimos partido tras partido, ya que el Real Madrid es el equipo que más puntos encaja de los 24 participantes. Parece que Luka Doncic, tras explotar en Bilbao, tendrá minutos importantes por la baja de Rudy, y en una noche vital para su equipo.
El Palacio presentará un lleno hasta la bandera, y los jugadores y el club han pedido durante la semana que todos los asistentes lleven bufanda y camiseta blanca. Esta noche jugamos todos.
Pablo Herrero – @pablohm29
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