Que no os engañen Batman o Superman: no todos los superhéroes llevan capa. Está Spiderman, que parece bastante majo y no lleva. Y, sin duda, los jugadores del Real Madrid de baloncesto.
El Real Madrid ha conseguido, en un final de infarto, su clasificación por tercer año consecutivo para la final de la Copa del Rey tras derrotar 80-86 a un más que batallador Baskonia.
El partido no podía comenzar de la mejor manera para los chicos de Pablo Laso. Pronto el Real Madrid adquiría las primeras rentas en el marcador (2-10), obligando a Velimir Perasovic a pedir el primer tiempo muerto del choque dada la gran puesta en escena del conjunto merengue. Reaccionaría bien el conjunto vitoriano con Tillie, James y Diop, mas el coraje del Chapu Nocioni llevaba al Real Madrid a un favorable 17-25 al terminar el primer cuarto.
El segundo cuarto nos brindaba unos maravillosos minutos iniciales de Willy Hernángomez sobre Ioannis Bourousis. El pívot griego se mostraba incapaz de liberarse de la defensa del internacional español, como ya sucediera en el choque entre ambos conjuntos de Euroliga. El Real Madrid conseguía romper ligeramente el partido alcanzando una diferencia de diez puntos (26-36), pero los de Perasovic no pensaban vender barata su derrota. Darius Adams se alzaba como líder de su equipo y destrozaba sin compasión una y otra vez al Chacho, incapaz de frenar al eléctrico base. La labor de James guiaba al Baskonia a un parcial hasta el descanso de 18-4, decidiendo Laso no parar el partido pese a la debacle que estaban sufriendo sus hombres.
Tras el paso por los vestuarios otro triple de Adams situaría la máxima ventaja favorable al equipo vasco (47-40). No obstante a estos jugadores les gusta mucho la Copa. Y a Sergio Llull ser decisivo. El base de Mahón, con cinco puntos consecutivos, sacaba al Real Madrid de su letargo y le devolvía al partido. El buen hacer de Ayón, Maciulis y el propio Llull conseguían hacer que el Real Madrid llegara con un marcador igualado a la finalización del cuarto pese a las múltiples pérdidas absurdas blancas, problema que ha sido recurrente en todo el partido para los de Laso.
Los últimos diez minutos del encuentro serían una bendita locura, como todo lo que ha supuesto hasta la fecha esta Copa del Rey. Baskonia se situaba cinco puntos por delante (65-60), pero era rápidamente contrarrestado por el Chacho, que decidía por fin hacer acto de presencia en el Coliseum de A Coruña, y Maciulis (65-68). El Real Madrid remaba hasta conseguir una renta de seis puntos (69-75), mas Ioannis Bourousis guardaba rencor al equipo blanco. Mucho rencor. El griego anotaba dos triples consecutivos, encarándose con el banquillo merengue, y devolvía la igualdad al marcador a menos de cuatro minutos para acabar el choque. Un 2+1 de Carroll era contestado por otro triple de Adams y nuestros corazones latían a demasiada velocidad. Pero amigos, siempre nos quedará Sergio Llull. Ese chico de Mahón que decidió renunciar este verano a fichar por los Rockets para quedarse en el club que ama. Ese chico que levanta a la afición madridista como nadie. El ’23’ madridista sería el encargado con 8 puntos seguidos de llevar al Real Madrid al 80-86 final y guiar al equipo a su tercera final de Copa del Rey consecutiva, donde espera Herbalife Gran Canaria.
El Real Madrid está ante la oportunidad de ser el primer equipo de la historia que encadena tres Copas del Rey consecutivas desde que el formato de la competición consta de ocho equipos. Sólo queda una piedra en el camino. Y a este equipo le gusta mucho eso de hacer historia. Mañana a las 19:00, el desenlace final.
Víctor Vera Santos
@victorverasants
Deja un comentario