HEBILLAR: «dícese de aquel control y chequeo constante necesario a realizar sobre el antimadridismo moralizante y recalcitrante que en cualesquiera de sus diversas formas se manifieste. Dicha enfermedad puede contagiar a instituciones deportivas, medios de comunicación o particulares».
Empecemos con los HECHOS y las FECHAS.
Lunes, 1 de Febrero de 2016.
El diario La Vanguardia publica que un juez de Madrid está investigando el pasaporte falso, concretamente de Guinea Ecuatorial, de Marcus Slaughter. Por ser más preciso, la investigación afectaba al pasaporte con número duplicado de otro jugador, Andy Panko, pero lógicamente no tenía la repercusión mediática y deportiva que la relacionada con el “madridista”.
Ese mismo día, dato importantísimo, la ACB publicaba en su web un comunicado donde, por resumir, decidía personarse en el proceso penal para defender los intereses de la competición, la organización, el juego limpio y los valores del deporte así como trasladar al Juez Único de la FEB los hechos por si procediese la apertura de expedientes disciplinarios.
Ese 1 de Febrero, misma fecha de publicación de la noticia, el F.C. Barcelona también emite un comunicado donde muestra su “sorpresa y preocupación ante unos hechos que, de confirmarse su autenticidad, supondrían una grave adulteración de las competiciones” y solicita comparecer ante el Juzgado de Instrucción en calidad de “parte perjudicada por los hechos investigados”.
Jueves, 14 de Julio de 2016.
El diario El País publica que un falso cónsul de Guinea Bissau selló el pasaporte del jugador madridista K.C Rivers. Al día siguiente, viernes 15 de julio, la ACB vuelve a dar un paso al frente denunciando ante la policía la supuesta irregularidad disponiéndose a “ejercitar todas las acciones que considere convenientes en defensa de los legítimos intereses de la competición y de la propia organización”. De nuevo los medios de comunicación, según fuentes consultadas dentro del propio club, anuncian que el F.C. Barcelona “elevará su protesta ante el Juez Único de la ACB, Juan Ramón Montero Estévez y pedirá que se investigue el tema”.
Hay que indicar que ambos “escándalos” destapados por La Vanguardia y El País fueron convenientemente amplificados por otros medios catalanes, valencianos, incluso con fariseos “golpes de pecho” ante algo al parecer nunca visto y menos en los clubes de su entorno.
Con el paso de los días empezaron a salir más detalles de cada uno de los “procesos”. Por un lado tras los pasaportes de Slaughter y Panko salían dos nombres: Richard Nguema, exjugador y agente con vínculos familiares en el gobierno de Guinea Ecuatorial, y la poderosa agencia Beobasket de Misko Raznatovic, uno de los agentes que más control tiene sobre el mercado balcánico (dirige también al Mega Leks, equipo de la liga adriática).
En el caso de K.C. Rivers un presunto cónsul era el que manejaba “el asunto”, facilitando pasaportes de Guinea Bissau sin la autorización gubernamental correspondiente.
Fechas después el Juez de Competición de la ACB decidió que el Real Madrid no tenía ningún tipo de responsabilidad en el caso Slaughter, es más, podría considerase parte perjudicada en todo el “tinglado”.
Por otro lado, el presunto cónsul obtenía una resolución judicial que respaldaba su facultad para facilitar visados y le reconocía su cargo ante el gobierno de su país; al parecer, ojo a la broma, ¡era más falso el propio embajador que denunciaba al cónsul!.
Antes de llegar al tercer “escándalo” que motiva esta pequeña reflexión/artículo quiero posicionarme en estos casos que afectan a dos jugadores del Real Madrid. Creo que todos estos pasaportes son una burla y un intento de adelantar por la derecha a unas normas que regulan el número de jugadores extracomunitarios y los llamados “Cotonú”. Podemos entrar en si son legales o no, detalle importantísimo claro, pero que aun siendo legales son un cachondeo, llámese el guineano Rivers, el congoleño Wallace, el azerbayano Carroll o el matrimonio del español McDonald por comentar algunos de los muchos ejemplos existentes.
Pero sigamos con los hechos….
Martes, 2 de agosto de 2016.
El diario digital Eldiario.es publica una información donde se habla de dos nuevos pasaportes de Guinea Bissau, el famoso cónsul otra vez, para Mike James y Colton Iverson, jugadores de Baskonia.
Ante este nuevo “escándalo” los precedentes no indicaban nada distinto a un nuevo comunicado de la ACB por la defensa de la competición, la organización, los valores, etc y también el consiguiente comunicado del F.C. Barcelona totalmente escandalizado y personándose en el juzgado o comisaría correspondiente para ejercer todas las acciones pertinentes en defensa de sus intereses y los de la competición.
Pero amigos, ya acabado el mes de agosto, con casi todas las plantillas cerradas, la Supercopa presentada y el calendario de la competición definido, no hemos visto nada de eso. Y con un dato que justificaría mucho más el “escándalo” en la asociación de clubes y del Barsa como asociado y es que, en el artículo de eldiario.es, no se hablaba sólo de terceras personas interesadas en gestionar pasaportes falsos, se apuntaba directamente a un “alto directivo baskonista” presionando para obtener dichos pasaportes, es decir, el propio club sin intermediarios, sin cónsul, sin careta.
Pues bien, este acto mucho más reprobable por ser el presunto instigador un miembro de la Asociación, recordemos que el Juez de Competición de la ACB no reconocía al Real Madrid como inductor en la obtención del pasaporte y por eso le quitaba responsabilidad, continúa sin la mínima queja PÚBLICA de esas dos organizaciones, ACB y F.C. Barcelona, que EL MISMO DÍA O EL SIGUIENTE salían airadas, indignadas y prestas a investigar y declarar para que se mantuviese la limpieza de nuestro gran deporte en los casos de Slaughter y K.C. Rivers.
Todo me lleva a pensar que “por ser vos quien sois Real Madrid” te denuncio y “por ser vos quien sois Querejeta” no tenemos arrestos para hacerlo. La limpieza y los intereses de la competición en este último caso se dejan a un lado.
El Real Madrid juega fuera de casa en la ACB, ni siquiera en campo neutral, simplemente por agravio comparativo, difusión en las RRSS, designaciones arbitrales, fechas de partidos, trato a unos y a otros en su web corporativa…
Bonus track:
Sábado, 18 de junio de 2016.
El diario El Mundo Deportivo publicaba una noticia en la que el jugador del F.C. Barcelona Justin Doellman obtenía los papeles que le daban la condición de ciudadano kosovar mientras posaba con miembros de dicha federación. Días después el CSD anunciaba que el pasaporte no sería reconocido al no ser Kosovo un país que España reconoce como tal. El lío se viene cuando la propia FIBA sí reconoce a Kosovo.
De este tema me surgen nuevas incógnitas ¿no interpreta el F.C. Barcelona, que pese a la legalidad, resulta bastante incongruente para aquellos valores que salían a defender que el Capitán América se convierta en el Capitán Kosovo? ¿No es extremadamente raro que Xavi Pascual en rueda de prensa dijese que no sabía nada del tema? ¿No es de torpeza supina, o peor, de compadreo institucional, que el jugador se haga una foto delante del escudo del Barsa cuando su club viene de denunciar pasaportes presuntamente amañados? ¿No sería más propio que el jugador se desvirgase como kosovar en la sala de un hotel?
Solo nos queda pensar que cada título que consigue nuestro Real Madrid Baloncesto tiene ese puntito más de mérito y que esa sonrisa que se nos dibuja cada vez que se logra contrasta con el gesto torcido de quien manda, ya sea en la sede oficial o en las «extraoficiales».
Parafraseando al periodista Miguel Ángel Aguilar en muchos cierres de opinión, “ATENTOS”.
Seguiremos hebillando
Juan Carlos Castrillón (@jc_castrillon)
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