Quién si no. Otra vez fue Sergio Llull el actor principal de una película de suspense en la que todo quedó para la última jugada. Y en esos instantes, pocos jugadores con esa magia hay en este lado del charco para decidir partidos.
Si hubo una constante en el primer cuarto fue la combinación Llull-Ayón. El base y el pívot se entendieron de maravilla en los primeros minutos y el Madrid supo gestionar muy bien el balance entre el juego interior y el exterior. El mexicano no tenía quién le parara en la zona y Llull aprovechó las ayudas que hacían sobre el pívot para romper la defensa alemana. Y si algo nos indicaba ya el encuentro en los primeros minutos era que los ataques iban a dominar a las defensas (21-25).
La tendencia ofensiva no hizo más que crecer en el segundo cuarto, con ambos equipos yéndose a 26 puntos (47-51 al descanso). La segunda unidad del Madrid frenó los acelerones del Brose, con Draper especialmente lúcido dirigiendo y con Carroll aprovechando a la perfección las salidas de los bloqueos para finalizar con esa típica bombita suya. El escolta norteamericano se iba hasta los 11 puntos en este periodo y a pesar de lograr rentas de 10 puntos los de Trinchieri lograron seis puntos seguidos antes de irse a vestuarios que apretaron de nuevo el marcador.
En la reanudación Ayón castigaba sin piedad el juego interior alemán, reboteando, asistiendo y anotando mucho y fácil. El Brose se encomendaba a Miller y Melli aunque el agujero en la zona no tenía arreglo. Strelnieks ponía calma y el partido se encaminaba a un final de infarto. A falta de 10 minutos, el Madrid únicamente tenía un punto de ventaja (69-70).
En el último periodo las alternancias en el marcador fueron constante. Las diferencias se mantenían en uno o dos puntos y Carroll daba vida al Real cuando peor pintaban las cosas. Todo parecía estar encaminado hacia un final de infarto y así fue, a pesar de que los de Laso desperdiciaron un +5 a poco más de un minuto para la conclusión del encuentro que parecía decisivo. En el carrusel de tiros libres Llull y Zisis no fallaron y con 9 segundos por delante, el base amagó con un tiro de media distancia para finalmente soltar el balón muy arriba y anotar la canasta de la victoria a menos de un segundo del final.
El propio Llull (26 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes), Ayón (16 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias) y Jaycee Carroll (24 puntos) fueron los más destacados de una victoria que pone al Madrid líder tras el tropiezo del CSKA en Kaunas. Y esto no para. El viernes el Real recibe en el Palacio al Armani Milán con el objetivo de mantener esta tendencia positiva.
Pablo Herrero – @pablohm29
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