Los blancos siguen en lo más alto de la tabla gracias a una sencilla victoria en Zaragoza. El equipo loca no puso apenas resistencia y a cada intento de estocada local siempre hubo una contundente respuesta por parte blanca. Por momentos, se vio a los jugadores de Tecnyconta desganados y bajando los brazos y eso, ante el Madrid, se paga de esta forma.
La diferencia entre ambos equipos quedó plasmada desde el inicio. Con Llull y Maciulis como principales artilleros –10 puntos para cada uno en el primer acto– el Madrid se escapó rápidamente de las garras del conjunto local. Los maños lo intentaron y encontraron su mejor arma en el rebote defensivo, gracias al cual consiguió un buen puñado de puntos que no impidieron que el Madrid les doblase (14-29).
Zaragoza dio síntomas iniciales de querer recortar distancias pero Carroll y el juego interior madridista lo evitaron y pusieron al Madrid con más ventaja que nunca (26-49). Sin embargo, y de manera un tanto trastabillada, los locales fueron reduciendo poco a poco la distancia ante la relajación de los de Laso y, de no ser por el poco acierto desde la línea de tiros libres, se hubieran ido a vestuarios por debajo de la barrera de los 10 puntos (41-51).
Pero la reacción maña se quedó en un espejismo. Randolph subió la marcha y con dos triples y un parcial de 9-0 a continuación, volvieron a poner al Madrid 18 arriba. La máxima alcanzaría los 20 puntos de diferencia en el cuarto y a falta de un cuarto y medio, el pescado estaba más que vendido. La incertidumbre estaba en si Felipe Reyes conseguiría alzarse como jugador más valorado de la historia de la ACB.
El capitán blanco no lo consiguió pero se quedó cerca por lo que salvo catástrofe, ante Joventud lo hará. Por lo demás, 10 últimos minutos sin apuros que sirvieron para reservar jugadores y repartir minutos entre la plantilla, muy cargada hasta la fecha y con grandes retos por delante.
Parciales: 14-29, 27-22, 16-24, 21-23.
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