Amor que era para toda la vida, amor entregado, de sonrisas y rosas. Amor de entrega y disfrute, amor de los que lo dan todo, hasta enfados. Amor de contigo siempre y amor de no es por ti, es por mi. Amor que como muchos de los mejores amores se terminaron separando. Porque con este amor quién sabe, lo mismo nos volvemos a reencontrar.
Sergio Rodríguez vuelve al pabellón que ya no es su Palacio, esa vida cambió en Wizink Center. Igual que su tupida barba no refleja el impoluto blanco sino el rojo de otro. Rojo que lleva CSKA. Aquél con el que intentas dar rumbo a tu nueva vida, aquél que te necesita tanto como nosotros llegamos a hacerlo. Es cierto, él también perdió a aquél amor serbio que guiaba sus pasos hacia el triunfo y ahora quiere suplantarlo contigo. Tu nos diste felicidad, es el momento de que cada uno viva su propia felicidad en otra parte, con otra gente. Pero sin decir adiós.
El Chacho vuelve a su casa. Si, su casa. Porque aquí volvió a nacer. Una tarde en Vitoria abrió paso a un base líder, descarado, que tenía un estilo que podría llevar a lo más alto. Y llegó. El base elegido MVP de la Euroliga, el campeón de Europa. De nuestra novena. El que puso de moda un término como chachismo, el estandarte del estilo de juego lolaso. El que provocó que los Viernes alguien pensase que el mayor arte de la Capital se encontraba en un parqué de la calle Goya. Ése fue Sergio Rodríguez en Madrid. Aquél que nos hacía vibrar en las buenas y en las malas . El amor vivido, el amor sufrido. El de la comprensión mutua.
Por eso no tiene que faltar esa comprensión con aquél que en lo más hondo de sus entrañas encuentre un silbido. Una queja, una súplica, un lamento. Cuando entregamos nuestra alma a algo que nos hizo tan felices quizá la melancolía rellene el vacío que tan amargo hace el recuerdo.
Cada uno vive su drama como quiere, eso es cierto. Sin lugar a dudas quien ésto escribe lo encontrará en la sonrisa y el agradecimiento a alguien que me hacía ir volando al Palacio de los Deportes. Levantarme del asiento. Abrazarme por un gol que era una asistencia en un alley oop. Ovación sin duda merecida, por tantos momentos.
Porque en el fondo lo que hay que entender en este caso es el amor que hubo y el que fue. Y sólo desde ahí comprenderemos que la reacción al mismo será un homenaje a un jugador tan especial y que en este partido será nuestro más acérrimo enemigo. El número uno. Y que tenemos a alguien que ha crecido imitandote. A ti, a Llull, a Felipe, a Dragic. El momento es otro.
CSKA ha fichado de forma muy inteligente. La marcha de Milos Teodosic no es sólo la de un jugador hábil, con una lectura inconmensurable del juego y prácticamente inigualable en Europa. Es la del líder impertérrito que trascendía incluso la figura del entrenador Itoudis. Con él, Nando De Colo podía ser sólo Nando De Colo el ejecutor, alguien con unos porcentajes increíbles. Hines podía potenciar su físico en el exterior y encontrar carrera hacia el rebote. Vorontsevich tiraba sólo. Kurbanov volvía a fregar lo pisado. El mismo problema que tiene el Chacho para defender se trabajó con un Teodosic al que sólo se le pedía dirigir durante muchos minutos: una defensa tras él cerraba cualquier paso del base rival. Que se lo digan a Llull. Al mismo Sergio.
El problema está en la trascendencia del liderazgo. ¿Quién va a dar ese paso? Sin Aaron Jackson, líder del fango, quizá es el Chacho quien debe asumir ese rol. Pero quizá una jerarquía inexacta donde choque con De Colo. Está por ver cómo se acoplan pese a que el base canario tiene la virtud del ataque.
https://youtu.be/ch_sTUTY8w0
Gran director de juego capaz de manejar situaciones de uno contra uno con mucha explosividad. Quizá esto ayude a generar las ventajas que necesitan los jugadores que ya hemos comentado, así como espacio suficiente para aleros tan altos como Clyburn o Higgins o continuaciones con Othello Hunter.
En definitiva el Chacho va a ser, con total seguridad, un nombre propio de la Euroliga. En el que habrá que ver su evolución para dilucidar dónde está la clave de éste nuevo y completo CSKA Moscow. Quizá un equipo que parece empeorar pero que tiene un punto más completo.
Y que quizá comprender ésta historia de amor y desamor, donde el canario dejó un vacío, pueda causar que tanto un aplauso como un silbido pueda ser hasta comprendido como un homenaje. Porque en esa correspondencia está el sentido de todo lo que fue y sobretodo lo que es. Dejemos que cada uno viva su propio drama a su manera. Muchas gracias Sergio, pero ojalá falles durante el partido (y los que vienen).
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