Tras la primera doble jornada europea, el Madrid vuelve a la competición doméstica (único equipo euroliga que juega sábado), donde visitará la pista del colista, el Burgos, que se enfrentará por primera vez a los merengues en partido oficial, aunque ya se vieron las caras en pretemporada, con victoria para el Madrid por 73-86.
A priori, parece un duelo fácil: lider contra colista, mejor ataque contra peor defensa, pero en el deporte no existe la lógica y mucho menos después de haber jugado dos partidos europeos entre semana y a buen seguro que los locales querrán inaugurar su casillero de victorias ante los de Laso. Su mayor baza para ello es su fortaleza en el rebote ofensivo, aspecto a mejorar ultimamente en el conjunto merengue, lastrado por sus bajas en el juego interior.
Sera una de las oportunidades donde Laso podrá hacer uso de la amplía plantilla que tiene este año y jugadores como Yusta o Randle, con poco protagonismo en los partidos europeos de esta semana, tendrán minutos. Al igual que Radoncic, que está aprovechando las bajas de Thompkins, Randolph y Kuzmic para ganarse la confianza de Laso.
El Madrid se agarra al extraordinario momento de Luka Doncic, que tras la lesión de Randolph ha dado un paso adelante (otro más si cabe) y a la contagiosa intensidad de Campazzo, que está adaptando su nuevo rol de manera más rápida de la pensada. Además, Ayón buscará prolongar su gran inicio de campaña.
Para Laso, como siempre, no será fácil: “Es un partido donde no podemos despistarnos ni un segundo porque Burgos va a estar muy metido y necesitamos imponer nuestro ritmo desde el primer minuto si no queremos pasarlo mal. Hay que hacer las cosas bien sabiendo que no será un encuentro fácil”
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