El Real Madrid ha puesto fin a una maratoniana semana con una contundente victoria ante el Betis, en un partido donde todos los jugadores dispusieron de minutos y Laso se permitió el placer de poder rotar y dar muchos minutos de descanso a jugadores importantes como Doncic o Felipe Reyes.
El partido comenzó con el lógico empuje inicial de los de Quintana, que buscaban su primera victoria ant un Madrid que salió literalmente andando, tal y como dijo Pablo Laso, en una de sus famosas lasinas en un tiempo muerto. A raiz de ahí (16-10), el cuadro merengue logró un parcial de 2-19 que cerró el primer cuarto en 18-29. Luka Doncic volvió a ser el más destacado en estos compases. Esta vez, si entraron los triples y eso permitió al Madrid tener el partido controlado. También hay que destacar los buenos minutos de Maciulis.
El segundo cuarto siguió con la tónica final del primero, con un Madrid tremendamente enchufado desde el 6,75 con un nuevamente un gran Rudy en este aspecto y un Carroll que iba recuperando sensaciones. Descanso para Doncic y minutos para un Randle que hoy si demostró ser un buen recambio, aunque es cierto que enfrente estaba el peor equipo de la Liga con mucha diferencia. Al descanso, todo listo para sentencia (36-53).
A la vuelta de los vestuarios, seguían aumentando las diferencias de la mano de un Doncic que asistía y un Taylor que tenía un inusual acierto y protagonismo ofensivo. También Thompkins que sumó buenos minutos para ir cogiendo nuevamente confianza. Todo salía redondo para el Madrid: partido placido, minutos para todos y aportación gratificante de los menos habituales.
El último cuarto fue para Randle, que se fue a los 12 puntos y para Yusta, que dejó la jugada del partido y de la jornada con un mate espectacular. También Radoncic, que se fue al banco con 4 faltas en 3 minutos en el segundo cuarto, pudo sumar algunas acciones positivas.
La mala noticia fue la torcedura de tobillo de Carroll, que no parece revistir gravedad, pero viendo el panorama de este año, habrá que rezar para que se quede en eso, una simple torcedura sin importancia.
El calendario dará una tregua hasta el viernes, donde el equipo blanco viaja a Atenas para medirse al Panathinaikos, en mitad de la tormenta por las ya famosas ventanas FIBA. Tras ello, llegará un parón que será bien recibido por los merengues.
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