LLegaba uno al Wizink Center en medio de plegarias, velas, cantos de diversos cultos y religiones para que nuestros jugadores terminaran sanos y salvos el partido. En el salto inicial ya participaba un titular Tavares, pero Unicaja salía serio con Shermadini y Jeff Brooks muy activos poniendo a los de Málaga por arriba (5-9, 4 minutos). Pero hasta ahí duró el intento inicial.
Facundo Campazzo resolvía unos minutos muy serios defensivamente que intimidaba lo suficiente a Ray McCallum, mientras que Fabien Causer con 5 puntos y una canasta de Walter Tavares ponían por delante a los blancos (12-9).
A partir de ahí el Unicaja Málaga desapareció tanto como lo es no contar con Nemanja Nedovic. Sin McCallum, muy cohibido, apenas se intuía por dónde podían salir en ataque. Tavares se iba pronto por segunda falta sobre Shermadini y saldría Felipe Reyes, que junto a Trey Thompkins completaban unos muy buenos minutos para los de Laso, que se irían al segundo cuarto por encima en el marcador (19-12).
Ya en el segundo cuarto la noticia era un Rudy Fernández pletórico. Muy intuitivo en la defensa, en la que Unicaja Málaga no encontraba forma de encontrar el aro, como en ataque. Hasta 11 puntos en la primera parte para el mallorquín y el Real Madrid que disfrutaba hasta el descanso en un partido extrañamente tranquilo. Tan tranquilo que los árbitros no veían como Augustine cortaba con el pie un balón que subía Campazzo para la última posesión, llegando al descanso 40-27.
Y poco más se supo de Unicaja, la verdad. Es cierto que en esta Euroleague estamos viendo un patrón que a veces la pasión o los nervios no nos deja vislumbrar. Pero cuando un equipo consigue una gran ventaja, la acumulación de partidos y competiciones está haciendo que no existan esfuerzos posibles para remontadas heroicas.
En el tercer cuarto Doncic tenía una orden: meter a los bases verdes dentro y si podía, encontrar a un Tavares que hacía parecer un poco más pequeño a Shermadini. Y la cosa funcionaba. El equipo funcionaba, encontraba a sus exteriores (triples de Campazzo, Taylor y Carroll para el 61-38 que dejaban un marcador ya definitivo para que durante el último cuarto apostásemos por el posible triple doble de Doncic.
Sí, el esloveno se retiraba con 12 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias que no volvería a hacer crecer porque… porque el calendario, sí. Descanso para él. No suponían minutos para Randle, mientras Campazzo aprovechaba los minutos para que los compañeros aprendiesen a jugar con él. Y es que no hay que olvidar que tiempo es lo que necesita un director de juego para ser parte sustancial del juego del equipo.
El partido terminaba 89-57 sin mucha más historia. Un pequeño enganchón entre Taylor y Milosavljevic, que por serbio no sabía perder sin más. Minutos para Tavares que con alguna falta dudosa conseguía anotar 8 puntos y 8 rebotes en lo que podríamos decir que es un buen partido en su labor: parar a Shermadini. Carroll que aprovechaba para irse a los 17 puntos y Rudy que anotaba su último triple y le dejaba con 14 puntos.
Como ven, una crónica rara, porque partido no hubo mucho. Ni muy desarrollado. Quizá lo mejor para recuperar forma y sintonía después del varapalo de Vitoria. Comodidad, sensaciones para muchos de los que salieron a la pista y una victoria que es más importante de lo que pueda parecer. Sabiendo que al final del túnel el sol calentará la piel. Y quien sabe lo dispuestos que podemos estar para tomarlo.
Ficha técnica:
Real Madrid (19+21+22+27): Campazzo (8), Doncic (13), Causeur (5), Maciulis (7), Tavares (8) -cinco inicial- Randle (-), Rudy (14), Taylor (5), Carroll (17), Thompkins (5), Reyes (7)
Unicaja Málaga (12+15+11+19): McCallum (4), Salin (3), Milosavljevic (10), Brooks (7), Shermadini (3) -cinco inicial- Soluade (2), Díaz (10), Díez (6), Waczynski (4), Augustine (1), Suárez (1), Musli (6).
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