El Real Madrid afronta el último partido del año en ACB y lo hace en un duelo de altura ante el eterno rival de la capital, el Movistar Estudiantes, al que intentará dejarle sin cobertura y dar una nueva alegría a su parroquía. Tras la heroica victoria en la pista de Fenerbahce, los madridistas esperan que su afición acuda en masa al Palacio (12:30 en 0#) y poner un bonito broche de oro al 2017.
El cuadro de Laso llega en un gran momento, con una trayectoría casi inmaculada en la competición doméstica y tras 4 victorias seguidas en la Euroliga. El buen momento de un renacido Thompkins más el liderazgo de Felipe y la magía de Doncic, serán los pilares principales de los merengues, que bien es cierto que gran parte de culpa de esta exitosa racha es el paso adelante general de toda la plantilla, donde todos aportan. Unidos por las bajas y los escarnios arbitrales europeos, los de Laso se han conjurado para luchar contra todos los elementos y no dejar de ganar.
Las estadísticas favorecen a los madridistas, ya que los colegiales, no han ganado en la cancha merengue en las últimas 12 visitas. Los de Salva Maldonado tendrán que hacer 40 minutos intentos y de calidad para romper esta racha. Para ello, se agarrarán al buen momento de Goran Suton, con 7 triples en sus 3 últimos duelos a pesar de ser interior y de Sylven Landesberg, máximo anotador de la competición con 18,3 puntos de media.
Para Pablo Laso, no será un partido fácil: «Es un equipo que nos obliga a hacer un esfuerzo defensivo grande, que tenemos que prepararnos bien mentalmente y recuperarnos. Los jugadores están con ganas. Es el último día del año y otras veces nos ha pillado viajando. Les noto que están bien y preparados y el hecho de jugar en casa les da una motivación extra», afirmó el vitoriano.
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