Los blancos se llevaron un duro Real Madrid – Baskonia en el que cualquiera pudo ser el vencedor. Decidió una canasta sobre la bocina de Rudy un partido muy enredado por momentos. Beaubois fue el mejor baskonista con 18 puntos. Thompkins y Causeur anotaron 13 cada uno, bien secundados en este apartado por Doncic y Rudy con 12 cada uno.
Que el Madrid es uno con Doncic y otro sin él es una evidencia que todos conocemos, aunque este no fuese su mejor partido ni mucho menos. Hasta su salida al partido el conjunto de Pablo Laso se mostró errante. En 7 minutos de juego anotó solamente 6 puntos, aunque la suerte en ese caso es que su rival tampoco había estado mucho más acertado. 10 puntos, con Shengelia como principal arma, certificaban el 6-10 pre-entrada de Luka en el encuentro. A partir de ahí, fue otra cosa. El esloveno encadenó 7 puntos en los instantes finales y, en un abrir y cerrar de ojos, de los 6 se pasó a los 18 para cerrar el cuarto con mínima ventaja en el marcador (18-17).
Sin embargo las cosas en el segundo fueron distintas para Luka. El partido se embarulló, con varias decisiones arbitrales polémicas en medio incluidas, y de la mínima renta blanca de pasó a un 24-31 que dejaba a Baskonia con su máxima diferencia del partido a favor. Primero Beaubois y luego Vildoza dejaron claro que o el Madrid subía la intensidad defensiva o el encuentro se le escapada. Así lo entendió Laso que pidió tiempo muerto y echó a sus jugadores una de sus ya archiconocidas Lasinas. Y surgió efecto. Tras ella, canasta de Rudy, triples de Campazzo y Rudy y los blancos, de nuevo, por delante (32-31). Janning rompió el parcial con otro triple y Tavares puso la canasta que ponía punto final a un convulso segundo cuarto (34-34).
Festival de triples para reanudar
La escasa anotación de la primera mitad enseguida recibió un sufro de aire fresco. Hasta 8 triples se encestaron en los 5 primeros minutos, con Causeur (3) y Beaubois (2) jugando a ver quién metía más (50-51 m.25). Tavares también era partícipe pero a su manera. El gigante blanco se enfundó el traje de reboteador ofensivo y, aprovechando su altura, sacó buena renta de los tiros fallados por sus compañeros. El tercer anotador del cuarto blanco y último fue Thompkins. Fino en el tiro y ágil en los movimientos, se situó en los 9 puntos previo el último cuarto al que el Real Madrid llegaría por detrás en el marcador (59-61) debido al acierto final de Janning (9 puntos), Voigtmann (10 puntos) y Shengelia (9 puntos).
Las cosas tampoco comenzaron bien en el último cuarto para el Madrid y tuvo que ir a remolque todo el rato, hasta el último suspiro. Baskonia encontró un amplio agujero que los blancos frenaron bien avanzado el cuarto con una defensa zonal y el partido se apretó más que nunca. Thompkins surgió en ataque, todos en defensa, y a Baskonia se le cerró el brazo en el peor momento. Gestionó mal las jugadas decisivas y hay uno que vio el aro más grande que nadie en el mejor momento posible. Rudy encestó tras el error de Shengelia y mató el partido para su equipo en el último suspiro (75-73).
Los blancos encadenan 13 victorias consecutivas y cada vez ven el pase a cuartos de final de la Euroliga un poco más cerca.
Parciales: 18-17, 16-17, 25-27 y 16-12.
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