AGENCIA EFE. Tras tres derrotas consecutivas, el Real Madrid recuperó hoy sensaciones de cara a la inminente Copa del Rey con un cómodo triunfo ante un Iberostar Tenerife irregular al que le faltó fe y que pagó caro su apagón del segundo cuarto, en el que estuvo seis minutos y medio sin ver aro (89-76).
El líder de la Liga Endesa, que defenderá en Las Palmas el título logrado en 2017, sumó sin sobresaltos su decimoctava victoria en una gran actuación de Facundo Campazzo, que anotó 15 puntos, capturó tres rebotes, repartió 8 asistencias y sumó 24 de valoración. El acierto visitante desde el perímetro, con cuatro triples sin fallo consecutivos, propició un inicio de partido igualado, sin un dominador ni en el marcador ni sobre el parqué y con Luka Doncic protagonizando los ataques de los de Laso, con siete puntos en el primer cuarto. Enfrente, Javier Beirán constituía la principal amenaza con tres triples que contribuyeron a que su equipo terminase los primeros diez minutos con su mayor ventaja de la tarde (18-21).
La puesta en escena en la reanudación fue muy diferente. Los locales apretaron en defensa, mejoraron sus prestaciones en ataque y encadenaron un parcial de salida de 9-0 en tres minutos que obligó a Fotis Katsikaris a parar el partido para evitar males mayores. El tiempo muerto no arregló demasiadas cosas para los canarios y el Real dio velocidad a su juego y selló su zona, lo que impidió a su oponente anotar su primera canasta hasta pasados seis minutos y medio. Felipe Reyes convertía en oro cada pelota que recibía y, con nueve puntos en ocho minutos, lideró la reacción blanca y permitió a los suyos irse con una cómoda ventaja a los vestuarios tras un segundo acto muy desequilibrado (43-34).
Los tinerfeños espabilaron tras el descanso, pero no lo suficiente para meter presión a un Real Madrid que mantuvo su buena línea, lo que le permitió conservar su colchón cercano a la decena de puntos durante todo el tercer periodo. Liderado por un gran Campazzo, que hizo lo que quiso en ataque durante toda la tarde, el mejor ataque de la Liga superaba sin excesivos problemas a la segunda mejor defensa, lo que le permitió llegar a los últimos diez minutos con el partido encarrilado (68-53). El Real Madrid siguió rearmándose de moral de cara a la Copa del Rey en un último cuarto sin historia entre dos equipos que podrían verse las caras de nuevo el próximo sábado en las semifinales coperas si solventan con un triunfo sus respectivos cruces de cuartos de final (y si la Copa se disputa, que está aún por ver).
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