Era el partido señalado en el calendario para ver dónde estaba de verdad el Real Madrid con respecto al equipo más en forma de Europa en la actualidad: Moscú, el CSKA y un pabellón en el que llevamos sin ganar desde 2008. Pero un primer cuarto para el olvido, con los locales a un nivel espectacular y los visitantes siendo vapuleados en defensa y sin ningún tipo de orden ofensivo dio el suficiente margen a los de Itoudis para no pasar apuros el resto de la tarde. La victoria se quedó en Rusia de forma clara a pesar de que la imagen en el segundo tiempo, especialmente en el último cuarto, mejoró mucho.
Un triple de Campazzo estrenó el marcador y a partir de ahí los jugadores del CSKA arrasaron la «defensa» blanca con un parcial de 15-0. Laso no encontraba soluciones desde el banquillo, en ataque no se encontraban más opciones que los triples en malas posiciones y el Chacho se hizo amo y señor del ritmo. El base anotó dos triples e impuso en todo momento la velocidad que su equipo requería. Kurbanov le acompañaba y Hines, a pesar de sufrir en el rebote con Tavares, sacaba ventajas en la media distancia y los contraataques. El pívot de Cabo Verde fue lo único salvable de un primer cuarto (33-11) horroroso, el peor en la historia de la Euroliga del Real Madrid por la diferencia encajada.
La salida de De Colo no supuso un revulsivo esta vez. Doncic iba encontrando alguna situación ventajosa pero el ansia de querer reducir la diferencia rápidamente provocaba más errores. Y entonces apareció Othello Hunter. La «ley del ex» no falló y el pívot logró dos 2+1 consecutivos y finalizó un alleyhoop del Chacho que estiraba la ventaja local a los 26 puntos (50-24). Únicamente Carroll veía aro con facilidad y al descanso la desventaja blanca se mantenía por encima de los veinte puntos (54-31).
A la vuelta de vestuarios el Real dio otra imagen. A pesar de que la diferencia era insalvable el equipo no concedió tantas canastas fáciles y, sobre todo, tuvo opciones para correr. Doncic hacía un poco de todo, Carroll y Campazzo aportaban y Randolph (aún algo ansioso y fuera de ritmo) finalizaba cerca del aro. El Madrid se llegó a colocar a 14 puntos (69-55) aunque De Colo y Higgins contuvieron bien el arreón blanco y el tercer periodo finalizaba con un 78-60.
Un parcial de 10-0 a favor, con buenas defensas sobre el Chacho y canastas fáciles al contraataque, ponía al Madrid por debajo de los diez puntos (78-70) con más de cinco minutos para el final. Itoudis tardó mucho en pararlo y el CSKA logró cerrar el parcial en contra desde los tiros libres. Fridzon se echó a su equipo a la espalda, Carroll lo seguía intentando y el rebote ofensivo daba segundas y terceras opciones que el Madrid conseguía aprovechar. Pero el reloj seguía corriendo, la diferencia nunca bajó de los 8 puntos a favor de los locales hasta los últimos segundos y el CSKA supo mantener la calma en los minutos finales para no perder el partido (93-87).
Sin duda alguna hay que quedarse con la reacción del equipo en el segundo tiempo, en el que sí se compitió de tú a tú con el CSKA y en el que quedó claro que de no ser por ese infame primer cuarto el devenir del encuentro podría haber sido muy diferente. Próximo objetivo, Olympiacos el viernes en casa.
Pablo Herrero – @pablohm29
Ficha técnica:
CSKA Moscú (33+21+24+15): Rodríguez (18), Kurbanov (10), Clyburn (11), Antonov (5), Hines (7) -cinco inicial- De Colo (10), Fridzon (5), Westermann (-), Vorontsevich (0), Higgins (16), Khryapa (-), Hunter (11)
Real Madrid (11+20+29+27): Campazzo (10), Rudy (4), Yusta (0), Thompkins (13), Tavares (6) -cinco inicial- Causeur (3), Randolph (6), Doncic (21), Maciulis (2), Reyes (4), Carroll (16), Taylor (2)
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