Que el Maccabi de Tel Aviv es el mayor rival histórico deportivo a lo largo de la historia del baloncesto de clubes europeo, es algo que que casi no se discute. Son los equipos que más partidos han disputado en competiciones europeas. Ambos han ganado el máximo cetro continental varias veces. Pero también es cierto que a día de hoy, y tras la final de infausto recuerdo de hace no mucho, ambos equipos han llevado trayectorias muy distintas, y hoy se han expresado de una manera literal en la cancha.
Desde el principio, los blancos salieron a la cancha para olvidar la última (y primera) derrota en la liga ACB. Se produjo en estos inicios de encuentro la visión de un Anthony Randolph sonriendo, hecho que no podía más que propiciar un auge de entusiasmo y optimismo por parte de los aficionados blancos. Los chocolateros intentaban frenar el efecto Tavares poniendo en pista dos cuatros abiertos, a imagen y semejanza de lo que intentó el Zalgiris en la jornada anterior. Si bien en los primeros compases esa argucia táctica parecía tener éxito, fue diluyéndose cual azucarillo en café a lo largo del desarrollo del partido.
Y algo de igualdad hubo en el magnífico y abarrotado pabellón israelí, igualdad cortada por el nombre de un jugador que pudo vestir de amarillo hace casi una década, Jayce Carroll. 14 puntos seguidos del norteamericano rompieron el partido. Triples a cascoporro inundaron de paz y silencio el comúnmente ruidoso pabellón canario… estoooo… israelí. A esto se unió el terror defensivo ya habitual provocado por Tavares. Los de Tel Aviv, pese al debut de Ramon Sessions, no estuvieron finos desde el triple, incapaces de penetrar ante la eterna figura del caboverdiano (23-41 al descanso).
El paso por los vestuarios no hizo sino agudizar el dominio de los blancos, ahora fue Llull quien sacó el AK47 para destrozar la red israelí. La ventaja pasaba de los 20 puntos, y silbidos empezaban a oírse. El croata Spahija era incapaz de cambiar las tornas del encuentro. Y así se siguió el guión, los blancos llegaron a tener los 30 de ventaja, Rudy se unió a la fiesta triplista y el ya clásico juego coral blanco iba regalando diversas píldoras con las recetas de Taylor, Ayón, Campazzo y los demás jugadores madridistas.
Una victoria amplia, bordeando la paliza en la cancha de los macabeos, que esta vez no sacaron pancartas alusivas a nuestro club, si bien es justo comentar que ganaron la batalla en Twitter, donde algunos ofendidos hicieron acto de presencia, restándonos un puñado de seguidores a los que, con gran tristeza y acople de fuerzas, tenemos que decir que no echaremos jamás de menos.
El Madrid sigue invicto en la Euroliga. Por peso tradición, y ganas, esta victoria debería valer por dos, Pero no. Cachis.
Ficha técnica:
Maccabi: Wilbekin (5), Roll (6), Kane (8), Caloiaro (6), O’Bryant (17) -cinco inicial- Ray (3), Avdija (-), Tyus (8), Sessions (11), DiBartolomeo (0), Cohen (2), Zoosman (0)
Real Madrid: Llull (17), Causeur (2), Taylor (2), Randolph (11), Tavares (6) -cinco inicial- Rudy (8), Campazzo (5), Reyes (6), Ayón (12), Carroll (16), Deck (0), Prepelic (2)
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