No hubo sorpresas ni tanto sufrimiento como el miércoles. De hecho, los 10.751 espectadores que se reunieron en el Palacio disfrutaron de una gran noche de baloncesto. Las otras tres eliminatorias habían visto cómo todos los equipos visitantes recuperaban el factor cancha en la segunda jornada y el Real Madrid estaba más que avisado de ello. Un inicio arrollador, con una defensa asfixiante que dejó sin respuesta y sin ideas a los de Pitino, terminó siendo decisivo para lograr el segundo punto de la eliminatoria y viajar a Grecia con la opción de certificar allí el pase a la Final Four de Vitoria.
La salida del Madrid fue inmejorable. Apretando muchísimo atrás y permitiendo únicamente tres canastas en juego al Panathinaikos en los primeros diez minutos, los de Laso pronto alcanzaron los dobles dígitos de ventaja valiéndose de una defensa de las que ganan campeonatos. Tapones, robos, mucha presencia de manos… y a correr. Una jugada de fantasía de Campazzo para que Tavares machacara obligaba a Pitino a pedir tiempo muerto (14-4) aunque los griegos siguieron sin encontrar respuestas. Calathes se sentaba superadísimo por Taylor y la salida de los «suplentes» sirvió para estirar más la ventaja, que llegó a ser de quince puntos aunque con la bocina del primer cuarto era de trece (21-8).
Como era previsible, el Panathinaikos apretó en defensa para intentar meterse en el partido y lo consiguió con algo de ayuda arbitral, permitiendo un nivel de contactos que no se reflejaba cuando era el Madrid el que defendía. Pese a todo, Prepelic empezó a ver aro con facilidad y cualquier amago verde era rápidamente frenado. Una jugada que terminó con técnica para el esloveno tras una acción exactamente igual a la que un minuto antes costó una falta en ataque a Campazzo calentó los ánimos del Palacio y los griegos bajaban de los diez de desventaja por primera vez en muchos minutos. Tras varios minutos de fallos e intercambio de canastas, el encuentro llegó al descanso con un 35-26.
En la reanudación un triple de Kilpatrick ponía a tan solo seis puntos a los suyos pero entre Campazzo, Tavares y Taylor (enorme partido el suyo) rápidamente volvían a dejar la diferencia por encima de los diez (42-31, minuto 23). Un triple del sueco en contraataque obligaba a Pitino a pedir tiempo muerto y pronto tomó el relevo Carroll, que casi en el primer balón que tocó enchufó un triple totalmente desequilibrado. La ventaja crecía hasta los quince tras un robo de Campazzo que culminó Randolph y el Madrid amenazaba con romper definitivamente el partido.
La defensa seguía a un nivel espectacular y a partir de ahí los de Laso encontraron transiciones rápidas para sumar. Un palmeo de Randolph colocaba la máxima de la noche (54-37, min 28) y Campazzo, dejándose la vida atrás y con cinco puntos seguidos, levantaba al Palacio y ponía el 59-38 en el último minuto del tercer cuarto. Ayón, sobre la bocina, dejaba el marcador en un 61-41 con solo un cuarto por delante.
Los últimos diez minutos únicamente sirvieron para que el Real Madrid manejara sin apuros la amplia ventaja ante un Panathinaikos impotente que tendrá que aferrarse al OAKA y sus 20.000 aficionados para intentar estirar la serie. Los blancos, por su parte, tendrán dos oportunidades para evitar que la eliminatoria vuelva a un Palacio que se lo pasó en grande viendo a su equipo poner el 2-0.
Pablo Herrero – @pablohm29
Ficha técnica:
Real Madrid (21+14+26+17): Campazzo (13), Rudy (3), Taylor (11), Randolph (10), Tavares (6) -cinco inicial- Causeur (3), Reyes (0), Ayón (10), Carroll (3), Deck (2), Prepelic (9), Thompkins (8).
Panathinaikos (8+18+15+22): Calathes (1), Thomas (13), Kilpatrick (10), Papagiannis (2), Papapetrou (9) -cinco inicial- Langford (4), Gist (7), Vougioukas (4), Lekavicius (6), Lojeski (5), Antetokounmpo (0), Mitoglu (0).
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