El Real Madrid necesita un milagro. Si lo de Burgos fue una piedra de toque muy seria y contra Valencia Basket el equipo volvió a bailar en el alambre, hoy se ha consumado la debacle del conjunto blanco en La Fonteta ante un brillante Morabanc Andorra (91-75).
Y es que los de Ibón Navarro han cuajado un partido memorable, no todo va a ser demérito del Madrid. Desde el comienzo del choque han obligado a los de Laso a ir a remolque, tirando muy bien desde fuera e imprimiendo un nivel de dureza en defensa que en ningún momento el equipo merengue ha estado ni tan siquiera cerca de igualar.
Los de Laso han pecado de apatía y precipitación durante todo el encuentro. Un abuso excesivo del triple, sin intentar atacar el aro, daba alas a un Andorra que crecía con cada fallo de los blancos. Un Andorra que, además, contaba con un equipo muy mermado por las bajas por dentro que el Real Madrid no ha sabido aprovechar.
Un Hannah completamente imparable, Tyson Pérez que ha estado omnipresente en toda la pista, el acierto de los Jelinek, Guille Colom o Walker en momentos importantes en los que el Real Madrid parecía acercarse han hecho merecer el triunfo a un equipo que solo ha encontrado oposición en el coraje de Campazzo. El argentino, tras su exhibición del otro día frente a Valencia Basket, ha acusado el esfuerzo realizado el otro día y pese a todo ha sido con mucho el mejor de los blancos con 26 de valoración.
El Real Madrid no depende de sí mismo. Ahora mismo necesita un milagro en forma de carambola que le pueda permitir estar entre los cuatro mejores del torneo. Todo ello suponiendo que se derrote a Zaragoza, por supuesto.
Foto: ACB.com
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