Esta noche (21:00 horas, DAZN) Barcelona y Real Madrid se ven las caras en el segundo Clásico de la temporada, el primero en Euroliga, y en situaciones muy diferentes.
Por parte local, los de Jasikevicius encadenan un inicio de curso poco brillante en cuanto a juego pero seguro, con una sola derrota en Europa y con el estilo de juego que caracteriza a los equipos del entrenador lituano: defensivo y poco dado a las soluciones individuales, a pesar de que la plantilla azulgrana cuenta con algunos de los jugadores con más talento del continente.
Este encuentro está marcado como la fecha en la que Mirotic puede regresar a las pistas tras dos semanas fuera por coronavirus (ha entrenado con el grupo esta semana) y entre las numerosas amenazas culés, destaca Cory Higgins. Sin ser aún ese jugador que vimos en el CSKA, el escolta estadounidense es el claro líder del equipo y su presencia física y clase a la hora de anotar supondrá un gran desafío para la defensa del perímetro blanca.
El Real Madrid llega con un balance de 1-3, dando una imagen muy floja y con urgencias para ganar y no ver cómo la parte de arriba de la clasificación se aleja aún más, a pesar de estar en las primeras semanas de competición. Causeur (coronavirus) y Carroll (molestias en la rodilla) son los únicos jugadores que no viajan a Barcelona y podríamos ver de nuevo sobre la pista a Randolph, que tras la derrota ante el Valencia desapareció de las convocatorias (¿mitad molestias, mitad castigo?).
El nivel que muestre Campazzo será fundamental para las aspiraciones madridistas en un inicio de temporada que está siendo muy gris por parte de toda la plantilla y en el que un partido como el de hoy puede suponer un punto de inflexión moral de cara a mejorar.
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