Partido de la undécima jornada, búsqueda de seguir invictos en la competición casera, ver como se afrontaba el partido después de los dos huesos intersemanales de Euroliga, etc. Hoy todo eso queda en un segundo plano. Era el día de Chicho Terremoto, de Facundo Campazzo que hoy ponía punto y final a su segunda etapa en el Real Madrid para hacer carrera en Estados Unidos.
Haciendo un resumen rápido del partido, y como viene siendo mas o menos habitual en la ACB, el partido duró hasta que el Madrid metió la quinta marcha. Primer cuarto con exhibición anotadora de Llull y Tavares, segundo cuarto en el que Carroll coge el relevo y Campazzo empieza a aparecer, ya que en el primer periodo no estuvo demasiado acertado, tercer periodo en el que el Madrid hace un parcial inicial que parece que va a romper el partido, amago de remontada de Manresa y aparición ya definitiva del argentino, para empezar a mover al equipo y romper el partido para a 4:30 del final, ser sustituido y recibir los abrazos e irse despidiendo uno a uno de todos sus compañeros de plantilla.
Y ahora hablemos de lo que nos interesa. Se nos va el Facu, y se va como ha vivido toda su segunda etapa en el equipo blanco, siendo el mejor del equipo (20 puntos, 2 rebotes, 4 asistencias, 5 recuperaciones, 8 faltas recibidas y 28 de valoración) y sin reservar ni un gramo de esfuerzo. Eso es una cosa que le honra al argentino. Expreso su deseo de marcharse, si, pero mientras ha permanecido en el equipo, jamás ha rehusado un choque, una carrera, un partido. Todos los ha jugado como si fuera el primero, sin pensar en lo que pasaría mañana.
Por lo tanto, el Real Madrid ganó el partido con el argentino como máxima figura, dejando su sello e impronta para que no nos olvidemos de él, y esperando que cuando acabe su etapa en la NBA, regrese a la casa blanca.
Ahora veremos como se plantea el futuro el equipo de Laso, con Laprovittola y Alocén obligados a dar un gran paso adelante, sobre todo el argentino, ya que el joven base no deja de ser un gran proyecto a futuro. Eso si, la imagen de Campazzo tirando una asistencia imposible quedará para siempre en nuestras retinas.
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