Si la misión ya parecía difícil un nuevo inconveniente se conoció en la previa de la final y es que Rudy Fernández ni se vistió de corto debido a unas molestias en la espalda. Y pese a todo el inicio no fue malo, con Laso guardando a Tavares de salida y Abalde muy agresivo. Pero el Barça pronto ajustó y con ocho puntos seguidos del ’33’ y mucha intensidad en el rebote logró un 0-14 de parcial que les puso 7-18 bien entrado el primer cuarto. Físicamente eran superiores y el arbitraje lo permitía y tras los diez primeros minutos el marcador era una buena muestra de la superioridad azulgrana (11-20).
La salida de Alocén dio otro ritmo al ataque blanco y con cinco puntos casi seguidos y algo más de actividad defensiva el Madrid empezó a ver aro con más facilidad. Los culés, sin embargo, respondían al intercambio de canastas y la diferencia no variaba a cinco minutos del descanso (23-33). La segunda de Tavares obligaba a Laso a sacar a Felipe y el Barcelona de nuevo dio un estirón en el partido con Higgins dando un clínic de penetraciones y consiguió que su ventaja creciese por encima de la decena hasta alcanzar los 20 antes de irse a vestuarios (31-52).
En la reanudación Higgins ponía la máxima de la tarde con un 2+1 antes de que Laso colocara a Garuba sobre Calathes para intentar frenar la creación del Barça. Llull con cinco puntos seguidos acercaba algo al Madrid y Jasikevicius pedía tiempo muerto para parar cualquier amago de reacción (36-55). La defensa presionante de Usman cortocircuitó un poco el ataque culé y los blancos se llegaron a poner a 15. Un triple de Carroll (estuvo negado cara al aro hoy) que no entró pudo poner a doce al Real pero Abrines y Higgins frenaron el intento de remontada y la diferencia se volvió a ir por encima de los veinte puntos (40-61, minuto 27).
Pese a tenerlo imposible el Madrid siguió y siguió peleando. Con Garuba, Alocén, Abalde y Tavares tirando del carro se colocaron a 14 (57-71) a siete minutos del final y un triple de Abalde ponía el marcador cerca de los diez de desventaja (62-73) Pero entonces apareció el mejor jugador azulgrana, Cory Higgins, que con un triple destrozó cualquier esperanza de remontada. El Real lo volvió a intentar pero en el intercambio de canastas el tiempo favorecía a los azulgrana que supieron gestionar sin muchos problemas los minutos finales.
Día duro, del que Laso y sus jugadores a buen seguro aprenderán de cara a lo que queda esta temporada. Y se gane o se pierda, siempre estaremos orgullosos de nuestro equipo. Volveremos.
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