El partido venía marcado por la mala racha del conjunto blanco desde que empezó febrero y que ha puesto en el punto de mira tanto a jugadores como al cuerpo técnico. Por su parte, el Estrella Roja, venía de perder contra el Partizán en liga pero quería devolver la alegría en la Pionir.
La Pionir rugía mientras sonaba el himno de la Euroliga. En el primer cuarto Hanga se mostró como el más activo del Real Madrid. Yabusele (5 puntos) y Tavares (5 puntos) se encargaron de mantener el marcador muy apretado con un Estrella Roja que únicamente encontraba la anotación desde el tiro libre, pero que les servía para llegar por delante al final de los primeros diez minutos (16-15).
El segundo cuarto veíamos la luz encendida desde el 6,75 gracias a dos triples consecutivos de Trey pero rápidamente se nos cerraría esa ventana puesto que Rudy falló los cinco que intentó (la mayoría liberados). En la dirección del juego, ni Heurtel ni Goss se encontraban cómodos. Con diez pérdidas en los dos primeros cuartos el Madrid se marchaba al descanso siete abajo (35-28).
Tras el paso por vestuarios, primó el desacierto en ambos aros. En el tiro exterior volvía a ser un infierno para los blancos, Yabusele (0/4) destacaba en este aspecto negativo del juego. Gracias a un excelso Tavares en el juego interior, tanto en el rebote ofensivo como de cara a canasta, hizo recortar la diferencia de cara al asalto final (43-42).
En los últimos diez minutos pareció despertar el carácter ganador del equipo blanco. Llull se volvió a encontrar con su tiro exterior, Abalde clavó un triple desde la esquina, Yabusele quitó su cero en la estadística de tres. A falta de 12 segundos el Real Madrid estaba tres abajo con balón pero Llull no consiguió meter su mandarina tras un contacto de Davidovac que los árbitros no consideraron falta.
El equipo de Laso mostró más energía pero únicamente en el último cuarto empezaron a entrar los triples. El jueves frente a Milán será una prueba de fuego donde el equipo podrá salir muy reforzado si consiguen la victoria. Volveremos a rugir.
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