Los resultados de la Euroliga no engañan; el Real Madrid quedó campeón en Kaunas, pese a sólo disponer de Tavares y de un Randolph recién recuperado de su grave lesión como interiores naturales del primer equipo. N’Diaye, que estuvo brillante pese a su juventud, y un altamente competitivo Hezonja, fuera de posición jugando en el ‘4’, fueron los complementos. Y pese al excelente concurso de todos ellos, todo se debe en gran medida a la brutal presencia y enormes prestaciones del MVP de la Final Four, Walter Tavares.
El pívot caboverdiano ya lleva tiempo entre los jugadores más determinantes de Europa, especialmente en el aspecto defensivo, pero lo cierto es que su influencia en el aspecto ofensivo es más que destacable. El ‘center’ se fue a 20 puntos, 15 rebotes y 39 de valoración en las semifinales, mientras que en la final volvió a hacer ‘doble-doble’, con 13 puntos, 10 capturas y 20 de valoración.
El pívot se agrandó cuando más importaba y demostró su voracidad competitiva en un equipo necesitado de referentes, dadas las bajas de Yabusele y Deck en Lituania. Pero lo cierto es que Tavares es un baluarte más que fiable hace tiempo para el Real Madrid, y su título de Mejor Jugador Defensivo de la Euroliga, por delante del excelente base del equipo finalista Thomas Walkup, corrobora, en parte, su enorme influencia.
Pero Tavares no sólo cambia tiros (cuando no los tapona) o jugadas del rival; también cambia sistemas enteros y perfiles de fichajes de rivales, como el caso del Barcelona, que apostó por Sanli para abrir la pista (realizó un excelente papel en Efes) y, posteriormente, por un bregado Vesely (otro MVP de la Euroliga en temporadas anteriores), en parte, por su capacidad en el tiro medio.
Pero lo cierto es que el de Cabo Verde ha emergido por encima de esas dificultades, ya que, si bien es cierto que obligarlo a defender más alto y a salir de la zona puede ser un problema, lo cierto es que la jugada no le ha salido bien a prácticamente ningún rival en los momentos importantes, pese a que en choques de liga regular Tavares sí ha sufrido algo más.
Y la importancia del interior africano en el juego del Madrid es todavía mayor, ya que en momentos de poca claridad ofensiva su capacidad reboteadora ha dado miles de bolas, y vidas, extras a los suyos. Sin ir más lejos, hace un año en la pasada final de la Liga Endesa fue vital para un Madrid que llegaba justísimo en el puesto de base, y por lo tanto sufría algo más en ataque posicional para sobreponerse a un Barcelona que lo hacía en el de pívot, por lo que Tavares tuvo un impacto descomunal para lograr rebotes defensivos que facilitaran contraataques y ofensivos que permitieran tener más tiros.
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