Siempre se dice que la Euroliga es la segunda mejor competición basquetbolística del mundo, y la ACB la mejor liga doméstica de Europa, y ya si combinas ambas, te das de bruces contra uno de los calendarios más complicados y desafiantes del deporte europeo. Un buen ejemplo de esto son los tres partidos que tuvo que disputar el Real Madrid durante la semana del 16 al 22 de octubre. El primero de ellos tuvo como rival al Zalgiris de Kaunas, un equipo que tras batir a Virtus y Estrella Roja, se encontraba invicto en la competición (como el propio Real Madrid, Barcelona y Valencia).
La velada empezó de forma plácida de la mano de un inconmensurable Campazzo, que hacia las delicias del público tanto a nivel anotador como a nivel de reparto de juego. Pese a esto, Zalgiris no le perdió la cara al encuentro, y tras el descanso subieron líneas en defensa y lograron embarrar el partido. En ataque, con la baja de Butkevicius y el gris partido de Evans y Naz Mitrou-Long, se erigió como faro ofensivo la figura del joven americano Brady Manek (que volvió a cuajar un enorme encuentro ante Baskonia), con un acierto exterior muy remarcable. Con el partido en duda, dieron un paso al frente tanto Gabriel Deck como Vincent Poirier, que lograron dar la intensidad necesaria para cerrar el partido en una cómoda ventaja de 14 puntos.
Facundo Campazzo (@facucampazzo) VS Zalgiris Kaunas
Facundo Campazzo: 18 puntos, 4 rebotes y 9 asistencias. pic.twitter.com/EYvdPyA6xQ
— Sistema Blanco (@_sistemablanco) October 17, 2023
Tras esta solvente victoria, y con tan solo dos días de descanso, visitaba el WiZink Center un viejo rival, el Milan de Ettore Messina y Nikola Mirotic. Messina, haciendo uso de un quinteto enorme (Melli, Voigtmann, Mirotic y Shields juntos) hacia cortocircuitar el ataque blanco durante la primera mitad. Con Campazzo dubitativo, Yabusele perdido, Musa desacertado, y con Tavares y Poirier desquiciados por el arbitraje, Chus Mateo decidió tirar por la vieja guardia. Llull entró en trance y logró empatar el partido antes del descanso, y entre el final del tercero, y el inicio del cuarto, cimentó la renta que daría la victoria al Real Madrid por casi veinte puntos de margen. A los veteranos se unieron un Hezonja muy activo a nivel defensivo en posiciones interiores, y un Ndiaye que en defensa es un baluarte.
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Tras estos dos encuentros, el último partido sería lejos de Madrid, en Tenerife. El rival, un Lenovo Tenerife comandado por Marcelinho Huertas, Gio Shermadini y el siempre polémico Txus Vidorreta (otra vez haciéndose notar con sus declaraciones). Pese a las bajas de Llull y Hezonja, el equipo salió lanzado y consiguió una valiosa renta ya en el primer cuarto (la cual se mantuvo en el segundo). Tras el descanso, Tenerife reaccionó y gracias a un gran acierto desde más allá del 6,75, logró ponerse por delante. En ese instante apareció la conexión de moda esta temporada (Chacho-Poirier) y en un abrir y cerrar de ojos, la renta volvió a estar por encima de los 10 puntos. El acierto final del equipo insular dejó la diferencia en solo 6 puntos. Tres partidos, y tres victorias para seguir invicto.
¿La acción del fin de semana?
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Pero esta semana hay más, ya que el viernes tenemos el tercer clásico de la temporada. Un partido que nos dejará con un solo equipo invicto en Europa, y con el liderato en solitario de la Regular Season. Y el domingo, para poner fin a la semana, el equipo dirigido por Chus Mateo recibe a un Zunder Palencia que se ha adaptado de maravilla a la máxima división del básquet nacional. ¡Esto no para!
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