Como ya se ha comentado con anterioridad, la web entra en una nueva etapa, donde procuraremos realizar 3 artículos durante la semana. El lunes, será el repaso semanal a la trayectoria del equipo, hablando de los choques de la semana anterior y los de esa misma. Los miércoles toca un artículo de opinión respecto a la actualidad del equipo, ya sean jugadores, canteranos o algún tema de actualidad. Y por último, los viernes los reservamos para hablar del pasado, y pocos equipos tienen más historia que nuestro Real Madrid. Por eso, quiero abrir esta nueva etapa dedicando el primer artículo a mi primer gran ídolo en el baloncesto, el grandísimo Raül López, que vistió la elástica blanca durante dos etapas, siendo el armador principal del equipo merengue durante 5 años.
Mis primeros recuerdos en esto del baloncesto son los de partidos sueltos en el Eurobasket de 2005 (España acabó cuarta) y algunos del Real Madrid durante la siguiente temporada, que acabó con el equipo dirigido por Boza Maljkovic sin ganar ni un título. Tras esto y con España siendo la flamante campeona del mundo, la dirección apostó por el segundo entrenador de la leyenda serbia, Joan Plaza, y para comandar al equipo, apostó por la vuelta de un viejo conocido de la parroquia blanca. ¿Pero, quién era Raül López?
Raül López Molist nació en Vic (Cataluña) el 15 de abril de 1980, y rápidamente (a los 15 años) fue captado para jugar en una de las mejores canteras del país, la del Joventut de Badalona. Solo dos temporadas después, hacia su debut en la ACB, siendo aún un adolescente. Su proyección le valió un puesto fijo en el equipo durante dos temporadas (1998-1999 y 1999-2000), pero sus mayores hitos durante esta etapa los logró durante el verano.
Porque Raül formó parte de los primeros juniors de oro, y no es que fuese un jugador de rotación, era el líder y la estrella del equipo campeón de Europa en 1998, y del mundo en 1999. Y esto son palabras mayores, porque en aquella generación se encontraban jugadores como Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes o Pau Gasol. Estas grandes actuaciones con las categorías inferiores de la selección nacional fueron un trampolín para llegar al siguiente nivel, a la Euroliga.
Y fue el Real Madrid quien se hizo con sus servicios, rompiendo para ello la banca y pagando 300 millones de pesetas al Joventut (esto actualmente serían unos 1,8 millones de euros). Pese al enorme desembolso, la presión no pudo con él, y rápidamente se hizo dueño de un equipo dirigido por Scariolo, y con Sasha Djordjevic y Alberto Herreros como máximas estrellas. Siendo el favorito de la afición, la mala fortuna se cebó con el joven base catalán, rompiéndose la rodilla durante el inicio de su segunda temporada, y evitando así que jugase hasta mayo.
Tras una enorme primera temporada, y una segunda marcada por la grave lesión, Raül volvió a subir otro escalón en el baloncesto mundial, era hora de volar hacia la NBA. Allí le esperaban unos Utah Jazz que lo seleccionaron en el puesto número 24 del draft de 2001, con la idea de ser el sustituto de nada más y nada menos, que de el legendario John Stockton, el base con más asistencias y más robos de balón de la historia de la mejor liga del mundo.
Pero una vez más, las lesiones no le dejaron demostrar que era jugador para la NBA. Su primera campaña (última de Stockton) la pasó en blanco tras lesionarse otra vez la rodilla en un partido de preparación para el mundial de Indianápolis, y tras un segundo año de contrato (año rookie) muy prometedor, otra lesión de rodilla (ahora la otra) le dejó en el dique seco a mitad de su tercera campaña.
Tras estos tres años yendo de lesión en lesión, tocaba regresar a Europa, y aceptar la oferta de un Akasvayu Girona que era un proyecto al alza con las incorporaciones del propio Raül, Fran Vázquez, Ariel McDonald o Federico Kammerichs. Séptima posición global y derrota por 3-1 en PO ante el TAU Cerámica a la postre subcampeón. Tras volver a sentirse jugador, otra nueva puerta se abría, en este caso una ya conocida, la del Real Madrid.
Raül llegó a un club diferente al que había dejado 4 temporadas atrás. Con la dimisión de Florentino Pérez y la elección de Ramón Calderón, este había confiado en Vlade Divac como director deportivo, y en un novato de nombre Joan Plaza para el banquillo. Junto a Raül López, algunas incorporaciones de aquella campaña fueron Kerem Tunçeri, Charles Smith, Blagota Sekulic, Alex Mumbrú o un jovencísimo Sergio Llull. Y la apuesta salió bien, porque el equipo se alzó con la Copa ULEB y la liga ACB. Pero esto fue todo, ya que las dos temporadas siguientes fueron decepcionantes a nivel de resultado, con fichajes imposibles de entender (Hosley, Massey, Pelekanos o Papadopoulos) y derrotas dolorosas como la de Maccabi con el triple de Halperim (2008), o la de Olympiacos con Papaloukas despidiéndose de la grada (2009). Es en verano donde una vez más Raül se reencuentra con las alegrías, logrando con la selección española la plata olímpica en 2008 y el oro europeo en 2009.
Tras esto, el Real Madrid vivió una nueva revolución de la mano de un nuevamente electo Florentino Pérez, y con Ettore Messina como entrenador. Raül no es renovado, y ficha por Khimki donde coincide con Scariolo y con Carlos Cabezas, ganando la VTB League durante su segunda temporada. Tras esto, cierra su carrera deportiva en España, más concretamente en Bilbao, donde sus aficionados pudieron disfrutar durante 5 temporadas de la magia del oriundo de Vic.
Raül López fue un gran jugador a quien las lesiones no dejaron alcanzar su mejor versión, la de un jugador llamado a sustituir a John Stockton como base titular de una franquicia de la NBA. Pocos jugadores me han hecho disfrutar más del baloncesto que Raül López, y me congratula que ahora se dedique a forjar a los bases del futuro (entrenador personal de Juan Núñez durante los veranos). Uno de los jugadores más queridos por la afición blanca, sin lugar a dudas.
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