Con este son ya 73 los partidos en los que se han enfrentado el Real Madrid y el Maccabi Tel-Aviv en competición europea. Y para celebrarlo, durante casi todo el partido pareció que ambos equipos se habían puesto de acuerdo en regalar un festival ofensivo, en el que nadie se preocupaba de defender.
Antes del salto inicial entregaba Felipe Reyes una camiseta conmemorativa de su récord de partidos en Euroliga a Sergio Llull. 428 partidos ya y los que le queden por delante, que no parecen ser pocos.
Con Ibaka fuera del partido por encontrarse con fiebre, repetía Chus Mateo el cinco inicial que viene siendo el habitual últimamente, con Campazzo, Abalde, Musa, Ndiaye y Tavares.
Y tras el salto inicial, puntos, puntos y más puntos, porque ni los locales ni los visitantes parecían por la labor de defender aunque fuera un poquito. Si el Madrid estaba destacando en los últimos partidos por estar mostrando una excelente defensa, al descanso se iba le Maccabi con 63 puntos a favor. Si el Maccabi era el equipo que mejor cargaba el rebote ofensivo, era el rebote ofensivo el mejor arma del Madrid para irse al descanso con 57 puntos.
Primera parte, por tanto, más parecida a un All Star que a un partido de Euroliga de suma importancia principalmente para el Madrid. Tras un comienzo dubitativo en ataque, que aprovechó el Maccabi para coger 8 puntos de ventaja (5-13), Musa y Campazzo se repartían todos los puntos del Madrid para devolver la igualdad al marcador. La entrada de un Hezonja convertido en un huracán en ataque permitía al Madrid coger 6 puntos de ventaja que se quedaban en 3 (33-30) tras un triple de Jokubaitis sobre la bocina.
En el segundo cuarto, con toda la segunda unidad en pista, sería el Maccabi el que mandaría durante los diez minutos, merced a un mejor acierto en el tiro. Cogió pronto el Maccabi la delantera en el marcador y ya no la soltaría en todo el cuarto. Con las diferencias oscilando entre 1 y 6 puntos, sería precisamente esa la cifra a favor del equipo israelí al descanso, 57-63.
20 minutos jugados a toda velocidad, sin apenas defensa y con el Madrid dependiendo absolutamente del Facu y los brates. Tan solo varias buenas acciones (en ataque, claro) de Garuba que añadir a ellos tres. Nula aportación de Tavares, que se vuelve invisible en ataque durante muchos minutos y nuevo paso atrás de Feliz.
Comenzaba la segunda parte y el Madrid, que parecía querer apretar algo en defensa, sin embargo se cargaba muy pronto de personales. A esto se sumaba que el ataque se frenaba en seco y el Maccabi aprovechaba para coger una ventaja de 12 puntos, 62-74. Volvía Mateo a jugar con dos bases y por fin el equipo empezaba a aplicarse en defensa. En un visto y no visto la ventaja macabea se había reducido a un 72-76 coincidiendo con esa cosa estúpida que son los tiempos muertos de televisión.
Si en la primera parte Feliz había dado un paso atrás, ahora se convertía en uno de los actores principales de la remontada. Un tapón, un rebote y en 2+1 que llevaban su firma terminaban de meter al Madrid en el partido y un triple de Abalde ponía al Madrid arriba, 78-76.
Para entonces el partido se había convertido en un concierto de pito bastante lamentable, con los jugadores del Madrid cargándose de personales, muchas de ellas bastante discutibles, lo que daba vida al Maccabi.
Al final del cuarto, el Madrid se iba por primera vez por delante, 91-90. Feliz había cambiado la dinámica del partido y tres triples de Ndiaye, sumados a su habitual energía en defensa habían rescatado a los blancos cuando peor pintaba.
El último cuarto se abría con un 2+1 de Hezonja y con Sorkin autoeliminándose del partido. Parecía que todo se le podía poner de cara al Madrid, pero no. Ndiaye daba el susto al caer de mala manera al intentar culminar una contra y en la jugada siguiente una discutible falta de tiro daba la oportunidad al Maccabi de volver a ponerse por delante. Íbamos ya 97-98 y faltaban más de 6 minutos.
De la mano de Garuba y Ndiaye (este defendiendo a Jokubaitis) atrás y del Facu delante, parecía que el final del partido podría ser cómodo, pero un par de errores en ataque devolvían el empate al marcador (105-105) a poco más de dos minutos y medio del final. Recomponía Mateo su equipo titular para jugarse el final del partido, con Hezonja por Abalde. El partido se iba a jugar a la ruleta rusa y fueron los brates los que asumieron la responsabilidad del lado blanco. 7 puntos suyos llevaban el marcador a un 114-113 a 27 segundos del final y entonces, por fin, el Madrid defendió como es debido y el Maccabi se comió la posesión. El Facu cerraba el partido con 2 tiros libres y el Madrid sellaba su duodécima victoria de la temporada en Euroliga.
25 puntos de Hezonja y 21 de Musa, que apenas jugó en la segunda parte. Feliz fue decisivo para mantener al Madrid con vida cuando peor pintaba la cosa, pero el que hizo un partidazo esta vez fue Ndiaye, afinado en ataque y sensacional en defensa, secando durante los dos últimos cuartos a Jokubaitis.
El Madrid sigue con su escalada. El jueves viene al Palacio el Olympiacos y esta sí será una piedra de toque para calibrar el momento de juego y resultados del equipo. Si se defiende un poco más que hoy, mejor.
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