Decimoquinto partido de liga regular, y tercer partido del Madrid en 5 días, que no es el último de la semana, porque el viernes se juega en Kaunas. Sigue Chus Mateo cambiando su quinteto titular y en esta ocasión apuesta por un cinco inicial con Facu, Rathan-Mayes, Musa, Ndiaye y Tavares.
Un Madrid visiblemente cansado salía a tomarse el partido con clama, pero se encontraba enfrente un Covirán Granada agobiado por la mala racha de resultados que le ha conducido a estar al borde del descenso. Como consecuencia, en un comienzo de partido espantoso, el Madrid se encontraba en el minuto 4 con un 11-2 en contra, tras fallar sus cinco intentos de tiro triple, para un total de una canasta en ocho intentos. Con el Granada planteando una defensa zonal, los blancos se limitaban a mover el balón anodinamente en las posiciones interiores sin intentar meter un balón al poste. A esto se sumaba una mala actitud defensiva.
A mitad del cuarto salían Hezonja y Garuba y mejoraba algo la cosa, pero el Covirán Granada seguía jugando mucho mejor y sabiendo cuándo meter el balón dentro y cuándo tirar desde fuera y al final del primer cuarto el marcador se paraba en 25-18. 5 balones perdidos, 2/9 en triples. Al menos, Garuba había sido capaz de conseguir un par de canastas dentro de la zona, en medio del desbarajuste general.
Comenzaba de nuevo el segundo cuarto de la misma mala manera que el primero y el Granada lo aprovechaba para alcanzar una máxima diferencia de 12 puntos (33-21), tras una antideportiva a Sergio Llull. 5 puntos consecutivos de Feliz parecían dar vida al equipo y al jugador, pero vuelvía a ser un espejismo. El Madrid seguiría fallando triples como si no hubiera un mañana (precedidos de una mala selección de tiro) y perdiendo balones, la diferencia se estabilizaría en los 10-12 puntos ya hasta el 48-38 con el que se llegará al descanso.
Hasta ese momento, se había vivido una de las peores primeras partes de la temporada, y eso que este año ya van unas cuantas. Con un Facu Campazzo irreconocible y con la pólvora mojada, sobre todo por parte de un Dzanan Musa al que cada vez se le hacía más pequeño el aro, lo peor, en todo caso eran las pérdidas de balón (9 en 20 minutos) y la mala actitud defensiva mostrada: 1 falta cometida en todo el cuarto. 48 puntos recibidos no por casualidad.
Si se podía esperar un reacción del Madrid tras el descanso, pronto se encargó el equipo de quitarle esa idea de la cabeza al espectador. Otro inicio de cuarto incalificable dejaba al Covirán con 14 puntos de ventaja y al Facu con 2 faltas. Salía Feliz a cancha y al menos no empeoraba el juego del Facu.
Tras una serie de errores de Musa, salían a pista Hugo y Mario. Y precisamente estos dos jugadores parecían ser los primeros en tomarse en serio el partido. Un triple del primero y un Hezonja jugándose todas y cada una de las posesiones del Madrid reducían la ventaja a un 61-56 que se quedaba en un 64-56 tras un triple final de Bamforth.
Empezaba el último cuarto con una mejor actitud defensiva y, tras un par de tapones de Ibaka y Ndiaye, un palmeo de Hugo González a un tiro de Mario y un buen triple de Ibaka apretaban el marcador hasta el 64-62. Aún sería capaz el Granada de ir manteniendo pequeñas rentas de alrededor de 5 puntos hasta que a 4 minutos del final Chus Mateo apostaba por poner a Feliz en pista y jugar con dos bases.
Una buena jugada del dominicano con Tavares y un triple del Facu empataban el partido a 75 y señalaban el final de la resistencia del Covirán Granada, que había hecho un gran partido hasta ese momento pero al que ya no le alcanzaron las fuerzas para nada más. Con los mejores minutos de Feliz desde que viste de blanco jugando en la posición de escolta, y con un Facu dueño y señor de los minutos finales, el Madrid se acabaría llevando el partido por 79-84.
El Madrid ata, de esta forma, ser cabeza de serie en la Copa y mantiene su buena línea de resultados. En todo caso, el juego desplegado, durante la primera parte especialmente, supone una involución respecto a lo visto últimamente, pero se reacciono a tiempo de la mano de un Mario Hezonja (23 puntos y 9 rebotes) que asumió toda la responsabilidad de la remontada. Mención también para Hugo González y los buenos minutos en defensa de Ndiaye secando a Noua al final del partido. Y no me quiero olvidar de que por fin hemos visto alguna cosa positiva de Andrés Feliz, casi todas jugando de escolta al lado del Facu. ¿Podría servirle para quitarse la losa que lleva colgando de la camiseta del Madrid?
El viernes, en Kaunas, siguiente parada.
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