El Real Madrid cerraba su infernal semana con un duelo ante el siempre difícil La Laguna Tenerife, buscando confirmar las buenas sensaciones con las que el equipo ha empezado el año 2025. Además del rival los blancos tenían el hándicap del calendario, jugando el que sería su cuarto partido de la semana. Quizá esto se notó en el primer cuarto, en el que los de Chus Mateo tuvieron un inicio bastante errático, con un Facu desconocido, plagado de pérdidas y mala selección de tiro. Mientras tanto en el aro propio se sufría ante el bloqueo directo de los visitantes, lo que permitía a los laguneros generar a placer, ya fuera para sus interiores, como para encontrar espacio para sus tiradores, que castigaban el aro madridista con un elevado porcentaje de acierto. La entrada de Hezonja al partido, en su nuevo rol saliendo desde el banquillo, cambió la cara del equipo y junto con Musa reducía la diferencia a 5 puntos al final del primer cuarto.
Como viene siendo habitual en lo que va de año, la segunda unidad volvió a dar la cara, de la mano de un inspirado Hezonja y un renacido Serge Ibaka, que parece que ha retrocedido en el tiempo con respecto al jugador que estábamos viendo desde el inicio de temporada, los suplentes aportaron más energía, sobre todo en defensa (como evidenció un tapón espectacular de Hugo González a Fran Guerra). Este cambio atrás permitió al equipo correr y anotar con más facilidad, de la mano de un Rathan-Mayes que asumió galones en la dirección para irse al descanso con cinco asistencias. Tenerife aguantaba el chaparrón gracias a su acierto desde la línea de tres. Y fue precisamente desde ahí desde donde Llull nos dejó otra de sus mandarinas al final de la primera parte para poner el +3 a favor del cuadro madridista al descanso.
Avisaba Chus Mateo tras la reanudación que la clave para ganar pasaba por frenar el bombardeo visitante desde el perímetro, y el equipo cumplió con la petición de su entrenador. En un tercer cuarto que recordó al famoso “tercercuartismo” de la época Laso, el equipo subió líneas y apretó la generación de juego del rival, incomodando la producción desde el bloqueo directo y bajando los porcentajes de tiro desde más allá del arco. Mientras tanto seguía aprovechando las piernas frescas de los suplentes para dominar en transición y la superioridad de Ibaka al poste medio para crear desde ahí. Antes de la entrada del congoleño Tavares celebró un par de efemérides (3000 puntos y 2500 rebotes en liga) con un 2+1 subiéndose a la chepa de Shermadini.
Arrancaba el último cuarto con el +21 a favor del Madrid, mientras que los de Vidorreta amagaban con volver al partido gracias a un 0-8 de parcial nada más empezar. A pesar de esto el equipo supo manejar el choque, incluso sin el Facu, castigado por problemas de faltas. Merced a un buen movimiento de balón y a un mejor acierto desde la línea de tres, además de la ya mencionada capacidad para seguir corriendo en transición, la diferencia se estabilizó alrededor de los 10 puntos. Un inspirado David Kramer lideró la remontada canaria, pero el partidazo del alemán fue insuficiente para remontar el partido. A falta de poco para el final Andrés Feliz protagonizó un amago de trifulca con Diop al reaccionar de forma excesiva ante un bloqueo del pívot rival, sin que la cosa fuera a mayores los dos últimos minutos fueron un intercambio de canastas que acabó con el resultado final.
Pleno de victorias en una semana saturada de partidos, y lo que es más importante, sensaciones cada vez mejores en cuanto a juego. Pero el calendario no da tregua, pues toca jornada doble de Euroliga, con la ventaja de que ambos partidos serán en casa.
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