Caprichos del calendario, resultó que el día que cumplía años Chus Mateo, volvía al Palacio Pablo Laso como entrenador del equipo rival. Cuando ni Laso, ni el Madrid ni la afición local han terminado de asimilar su tumultuosa salida, esta situación no es sino un regalo de cumpleaños envenenado.
Chus puso en pista al quinteto titular habitual del último mes de competición, con el único cambio de Xabier Rathan-Mayes por Alberto Abalde. Aunque Dennis Smith parece aún lejos de debutar, en cierta medida cada partido del Madrid se ha convertido en un examen para el canadiense y si es por el de hoy, resulta evidente que la llegada de Smith no le ha sentado nada bien a Rathan-Mayes. Uno tiene siempre la sensación de que el jugador quiere hacer más cosas de las que sabe y eso le conduce a embarullarse y cometer errores infantiles. Tal vez si fuese conscientes de sus limitaciones, sería mucho mejor jugador, pero es lo que hay a día de hoy.
Con el Baskonia convertido de algún modo en un convidado de piedra durante los primeros minutos, el Madrid se encargó de hacer todo lo bueno y todo lo malo que se vio al principio. Buenas canastas venían seguidas de errores garrafales (mención especial para Rathan-Mayes) y el Madrid no conseguía otra cosa que ir dando pequeños tirones que le situaban ahora 5 puntos arriba, ahora empatado. Y claro, tanto fallo permitió al Baskonia meterse en el partido y llegar al final del primer cuarto solo un punto abajo.
El segundo cuarto trajo la confirmación de que Andrés Feliz por fin ha entrado en la dinámica del equipo y que su buen partido en Andorra no es un espejismo. Aunque tiene tendencia a abandonar el puesto de base y parece sentirse mucho más cómodo como escolta, es también verdad que ya no se viene abajo el equipo cuando el Facu se sienta y cada vez se atreve a hacer más cosas.
El caso es que en el segundo cuarto el Madrid siguió en su dinámica de cometer errores infantiles (muy precipitados por entonces Mario Hezonja y sobre todo, Sergio Llull) entre medias de buenas acciones ofensivas mientras el Baskonia se mostraba mucho más centrado en su juego, de tal forma que los de Vitoria se iban al descanso con 3 puntos de ventaja y, nuevamente, una anotación alta.
Es cierto que tanto Real Madrid como Baskonia son equipos a los que les gusta jugar a muchos puntos, pero también es verdad que la sobrecarga de partidos favorece que el esfuerzo defensivo pase a un segundo plano. El Madrid cimentó su recuperación en Liga y Euroliga una mejora en el plano defensivo que, tras un mes de enero extenuante, parece ir pasando a un segundo plano. Así, Baskonia cogió esta noche más de 20 rebotes en ataque y perdió solo 4 balones.
Volviendo al partido, el tercer cuarto se puede resumir en que Baskonia cogió 9 rebotes en ataque en ese período y el Madrid vivió de los tiros libres, aprovechando que los de Vitoria se cargaron muy pronto de personales. Hezonja empezó muy bien el cuarto pero el Baskonia, a lo suyo, jugó mucho mejor que el Madrid. Al final, combate nulo y a falta de 10 minutos para el final la ventaja vitoriana seguía siendo de 3 puntos.
El Madrid salió más entonado en el último cuarto y en un visto y no visto mandaba en el marcador y parecía que la dinámica del partido giraba hacia una victoria blanca. Pero si en tu equipo solo Abalde se toma en serio el trabajo defensivo, es muy difícil conseguir despegarte del rival. Al menos, se consiguió cerrar el rebote defensivo y al Baskonia le empezó a costar más conseguir puntos.
A falta de 5 minutos para el final, el resto del equipo parecía imitar al gallego y una serie de buenas acciones defensivas daban una renta de 9 puntos que parecía definitiva… pero no. En un momento el Baskonia se había puesto por delante y al que le tocaba remar era al Madrid.
Y entonces, la locura.
A 40 segundos del final, Baskonia tenía 4 puntos de ventaja. 27 segundos del final, Hezonja ponía al Madrid uno abajo. A 17 segundos, Baldwin fallaba 2 tiros libres… y el Madrid le regalaba el rebote a Samanic que anotaba solo un tiro libre. A 4 segundos del final, Tavares estaba a punto de perder el balón y a un segundo del final, Hezonja metía un triple estratosférico para dar la victoria al Madrid.
Vuelta a la senda de la victoria en la Euroliga en un partido en el que se vio un Madrid raro, con muy poca energía en el rebote, pero que volvió a luchar hasta el último instante para llevarse la victoria. Sensacional el Facu por momentos en ataque, increíble último minuto de Mario Hezonja y gran despliegue defensivo de Abalde, empañado por una falta inoportuna a Moneke que pudo salir cara. Feliz jugó poco pero estuvo bien. En cuanto a lo malo, aparte delo citado anteriormente, Tavares solo recibió un balón con opciones de canasta en todo el partido y el resto de sus puntos vinieron de rebotes ofensivos.
A la espera del debut de los nuevos fichajes, el panorama en la Euroliga sigue aclarándose.
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