No hay tiempo de lamerse las heridas. Apenas 48 horas después de la derrota frente a Anadolu Efes, el Madrid sigue su gira en Estambul para enfrentarse a Fenerbahce, segundo clasificado de esta Euroliga.
Pecó el Madrid frente al equipo entrenado por Luca Banchi de lo que ya nos tiene acostumbrados esta temporada: excesivamente dependiente de un número reducido de jugadores, y rotaciones que en ocasiones resultan incomprensibles.
Cuando Facu Campazzo, clave en el funcionamiento del conjunto blanco, funciona, el equipo fluye, fluyen las ideas. Como un Mario Hezonja que puso todo de su parte para ganar a Efes y que ha visto su expulsión de la semana pasada castigada con un partido de sanción y una multa. En principio no jugará, y su ausencia será sangrante. Se echará en falta también la anotación de un Dzanan Musa que se hizo daño en el tobillo y no jugará, pendiente de evolución, ese clásico madridista.
Tocará ir con lo puesto frente a Scottie Wilbekin, Nicolò Melli, Nigel Hayes-Davies y compañía. Al menos están los nuevos fichajes, que van entrando poco a poco en dinámica. Habrá que ver si el encaje de Bruno Fernando funciona como relevo de Tavares, ya que Ibaka se quedó en Madrid. El angoleño aporta energía pero aún está aprendiendo los sistemas. Necesario también afinar la puntería, muy tocada desde la línea de tiros libres. Y los dichosos sistemas de Mateo, que vivirán un nuevo examen frente a Sarunas Jasikevicius. A la expectativa de con qué sorprenderá esta vez.
Y es que se juega el Madrid mantener su posición en el play-in, cuando la Euroliga enfila su recta final. Un nuevo partido grande en la máxima competición continental en la gira turca. A las 18:30 en el Ulker Sports and Event Hall de Estambul, con mucho por demostrar.
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