Una de las principales leyes no escritas del deporte es que la mejor defensa es un buen ataque. Pocas frases pueden resumir mejor lo vivido este miércoles por la noche en el Barclaycard Center. El Real Madrid de Pablo Laso, un auténtico ciclón ofensivo, ha derrotado en la cuarta jornada de la Euroliga al Dinamo Sassari, líder de la Lega, por un global de 115-94.
Un par de horas antes del comienzo del partido saltaba una pésima noticia para la parroquia madridista: el alero Rudy Fernández tendrá que pasar por el quirófano debido a un problema en un dedo y se estima que estará alrededor de un mes de baja. Si bien será una ausencia más que sensible hoy el equipo se puede afirmar que no ha echado de menos su presencia sobre el parqué madrileño.
El choque comenzaba igualado. El acierto de Logan, Dyson y Sanders obtenía réplica blanca a manos de Maciulis, Ayón y Nocioni. A mediados del primer cuarto el equipo merengue daba el primer estirón en el marcador. El trabajo de los tres hombres citados en la pintura provocaba el primer tiempo muerto del conjunto italiano con un marcador de 17-10, que al final del cuarto se convertiría en 27-17.
Nada más comenzar el segundo parcial era Jaycee Carroll el que percutía la defensa rival con dos triples consecutivos. La defensa del Dinamo Sassari seguía siendo inexistente y sus jugadores no lograban encontrar el aro con la facilidad que lo habían hecho los primeros minutos del choque. Con un electrónico que señalaba 36-22, Sachetti se veía obligado a pedir de nuevo un tiempo muerto pues el conjunto de Laso comenzaba a adquirir una renta que podía ser casi definitiva para el choque y no estábamos siquiera en el ecuador del segundo cuarto. Las palabras del técnico italiano surgieron efecto en sus hombres. Un parcial de 7-0 para el Dinamo Sassari obligaba a la réplica de Laso en forma del primer tiempo muerto madridista del encuentro. Un nuevo parcial favorable a los locales de 13-4 obligaba a parar de nuevo el juego al entrenador italiano, abrumado ante el torrente anotador de los merengues. Se llegaba al descanso con un marcador de 57-42, con todo el equipo aportando y sintiéndose importante. Al llegar al ecuador del partido todos los hombres de Laso habían jugado y anotado al menos dos puntos excepto Slaughter, que aparecería en escena justo después de la reanudación.
Si el Dinamo Sassari tenía intención de entrar en el partido a la vuelta del descanso Llull decidió que no estaba por la labor. Tres triples consecutivos del de Mahón rompían definitivamente el partido para el conjunto madridista que a partir de entonces se gustó en ataque y despreocupó la defensa (de la cual hoy se preocupó muy poco, las cosas como son). Campazzo anotando de fuera, Slaughter terminando una preciosa jugada en equipo con un espectacular alleyoop, el Chacho Rodríguez repartiendo magia, Reyes siempre sumando como una hormiguita sin que nadie se dé cuenta, Carroll demostrando que está de vuelta. El caudal ofensivo de los blancos es brutal.
Los minutos corrían rápido. El baloncesto alegre propuesto por ambos equipos, a la par de la ya comentada falta de comparecencia de ambas defensas, provocaba que los puntos siguieran cayendo hacia sendos marcadores sin cesar hasta el final del partido, cerrado con un maravilloso 3+1 de Carroll. 115-94 para los de Laso que siguen recuperando sensaciones y encajando las piezas, piezas que siguen invictas en esta temporada y que cada vez que saltan a la pista demuestran estar más compenetradas.
Como anécdota, el marcador del Real Madrid es el más alto en 7 años en la máxima competición europea y en este partido lograron igualar el récord de asistencias en Euroliga fijado en 33. Sí, ese récord de la semana pasada logrado por este mismo equipo ante el Nizhny Novgorod. De momento los chicos de Laso sonríen y siguen caminando con paso firme en ese sueño de alzar su noveno título continental.
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