El Real Madrid se juega este viernes en Belgrado (20:00h) gran parte de sus aspiraciones a seguir vivo en la Euroliga. Con un balance de 2-4, al igual que el Crvena Zvezda, ambos equipos ocupan las dos últimas plazas del grupo A tras la jornada de ayer jueves en la que Fenerbahce ganó a Estrasburgo y el Bayern sorprendió al Khimki en Moscú.
No hace falta decir que una victoria en la mítica Sala Pionir daría un impulso anímico importantísimo al equipo de cara a las tres últimas jornadas, pero en caso de derrota el Real perdería cualquier margen de error, y se vería obligado a vencer a Fenerbahce, Bayern y Estrasburgo en los partidos restantes.
El Crvena Zvezda (Estrella Roja) es un equipo muy distinto al que fue arrollado en la jornada 2 en el Palacio. Sin Sofo Schortsanitis y con Gal Mekel más fuera que dentro, el equipo serbio ha encontrado su identidad dándole galones en la dirección a Stefan Jovic (batió el récord de asistencias en la competición, 19) y surtiendo de balones a Maik Zirbes. El pívot, pese a la incorporación de Vladimir Stimac, es la gran referencia interior del Crvena Zvezda, complementándose muy bien con el ex de Estudiantes. Por fuera, Quincy Miller tiene libertad total de minutos y tiros, siendo el referente exterior hasta que Marcus Williams regrese al equipo en diciembre.
El Madrid por su parte llega a Belgrado sin bajas, tras recuperarse de sus molestias tanto Rudy, Llull y Trey Thompkins. El paso adelante dado en Badalona, especialmente en defensa, debe servir como referencia para el partido de esta tarde, consiguiendo de una vez por toda reducir la sangría de puntos rivales (somos el equipo que más puntos recibe de la competición, 84’4 por partido) y siendo capaces de atacar con más consistencia y claridad de ideas.
Es un todo por el todo. La posibilidad de fallar es mínima y la Sala Pionir pondrá a prueba el carácter de este equipo. No hay mejor día que hoy para demostrar por qué fuimos campeones de Europa en mayo.
Pablo Herrero – @pablohm29
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