Contarán las historias populares, como quieran que las llamemos dentro de unos años, que en un partido de marcador plano, feo como un día de neblina y lluvia que un niño salió a jugar un segundo cuarto cuando los jefes de la manada no habían encontrado forma de atacar a Valencia Basket que controlaba el ritmo desde la defensa del partido, para activar a su equipo y recuperarse de un mal cuarto. Dirán que ese niño maravilla nos dejó una perla más para cuando sea el más grande de la jauría y esto nos parezca lo normal.
También hablarán de un hombre obrero, incansable, que pudo ser capataz y era el mayor ejemplo de un oficio que se aplaude menos que el arte, pero sin el que los artistas no pueden crear si Maciulis no logra que tengan el balón en las manos después de cada defensa.
Y paso una explosión, una tormenta, un ciclón que apareció de la nada y donde no había acierto, Llull clavo un triple, una penetración imposible, Felipe agarraba y dominaba el rebote en cada lado de la canasta y una racha elegante pero asesina de Carroll fueron las armas para llevarse el primer punto de la serie de semifinales contra Valencia Basket, que paso de ser dominador y borrar del mapa a Unicaja a en una tarde aciaga en el triple, ser devorado por el tiburón blanco que una vez olió sangre, se fue en canal a causar una derrota no más allá del 1-0, sino mental en el enemigo.
Valencia que dio un susto llevándose el primer cuarto por 5 puntos, vio cómo se secaba ante Maciulis en defensa y el control de Doncic. 7 puntos en 10 minutos, golpeando bien contra la defensa o bien contra sus propios errores en el triple, hasta hundirse en el último cuarto a pesar de una reacción en el tercer cuarto. No hubo oposición más allá de 13 minutos.
Para el Madrid, es una alegría recuperar a Rudy, que Nocioni buscará meterse en modo play off y la afirmación que Ayón-Felipe pueden dominar a Hamilton-Dubjlevic y que las manos en defensa pudieron también con las pérdidas propias, sobretodo en la primera mitad del encuentro. Todo queda en armas del segundo partido. ¿Podrá la mente jugar una mala pasada al Madrid o se aprendió de dar vida a Murcia? ¿Valencia será ese lobo con piel de cordero listo para dar mucha lucha?
Ahh y no se olviden, Carroll y Maciulis cada uno en su estilo, son amor. Del que reconforta. Ni lo grande que será Luka Doncic
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