Una victoria más. Un único triunfo es lo que separa al Real Madrid de repetir título liguero y lograr su 33º campeonato ACB. Los de Laso han hecho valer el factor pista en este tercer encuentro de la final y ha derrotado por 91-74 a un Barça Lassa que apenas ha mostrado oposición al vigente campeón.
Desde el principio se vio a un Real Madrid mucho más enérgico sobre el parqué del BarclayCard Center. En un arranque parecido al del pasado viernes en el Palau, el conjunto blanco lograba alcanzar una primera renta de 8-2 gracias al acierto exterior de Carroll y Thompkins. Tomas Satoransky, a día de hoy el hombre más diferencial de los de Xavi Pascual, se negaba a que su equipo tropezara tan pronto en la misma piedra, acortando distancias con un triple. En la siguiente jugada se produciría uno de los hechos que tiene ahora mismo en vilo al madridismo: la lesión de Jaycee Carroll. El mormón se torcía el tobillo tras lanzar un triple debido a la invasión por parte de Navarro de su cilindro de tiro, en una acción que ni siquiera fue señalizada con falta. Esta complicación servía de acicate a los merengues que, lejos de venirse abajo ante la ausencia de uno de sus mejores anotadores, se crecía ante la adversidad y de la mano de unos brillantes Llull, Rudy y Thompkins lograba un gran resultado al final de los primeros diez minutos del choque (29-21).
Con el Chacho en pista el Real Madrid, al igual que en los partidos anteriores de la serie, volvía a atascarse en ataque. El Barça, pese al ligero colapso ofensivo blanco, tampoco lograba acercarse en exceso en el marcador (35-29). A partir de aquí cambiaría radicalmente el encuentro. El Real Madrid ponía en pista un quinteto formado por el Chacho, Llull, Doncic, Nocioni y Ayón, el cual se convertiría en dinamita que explotaba en las narices del Xavi Pascual y sus pupilos. Este quinteto, enérgico en defensa y más que efectivo en ataque, lideraba un parcial blanco que llevaba a los de Laso a una ventaja de trece puntos (54-41) al descanso. La renta parecía incluso escasa para lo que se había visto en la pista.
Tras el paso por vestuarios el Real Madrid se enfriaría un poco. El Barça, reticente a dejar marchar tan pronto la posibilidad de volver a adelantarse en la serie, luchaba por mantenerse a flote y se acercaba a seis puntos tras dos triples consecutivos de Navarro, puntos que suponían los primeros en el partido para el internacional español (62-56). Grave error culé enfurecer a la bestia. El Real Madrid nos hacía rememorar los mejores tiempos de estos últimos años y, en un final de cuarto majestuoso, rompía definitivamente el encuentro, encadenando un parcial de 15-0 para finalmente acabar el cuarto con un más que favorable 77-58. Excelentes minutos de Rudy Fernández, autor de diez puntos durante dicho parcial, al que se ve recuperado y en un gran momento en estos partidos finales.
El último cuarto supuso un auténtico quiero y no puedo para los de Xavi Pascual. Un Real Madrid completamente atascado en ataque (de nuevo bajo el mando de un preocupante Chacho) veía cómo el Barça si bien se acercaba en el marcador nunca ponía en peligro la victoria blanca. El partido lo acabaría sentenciando Sergio Llull, autor de otro excelso partido (21 puntos para 30 de valoración), con un parcial de 7-0 cuando los blaugranas se habían colocado a diez puntos a base, cómo no, de tiros libres (91-74).
El Real Madrid se sitúa así a tan solo un triunfo de sumar otro título a sus vitrinas. Con el Palacio como testigo y delante de una afición que cada día que pasa (y estamos alcanzando un nivel que ya es difícil aumentar) adora más a los suyos, la serie debe finalizar el miércoles. Un último esfuerzo, equipo.
Víctor Vera Santos
@victorverasants
Deja un comentario