Me van a perdonar la descarga, pero las últimas informaciones aparecidas en la prensa acerca de los gastos del ex presidente José Luis Sáez me están quemando por dentro de tal manera que necesito aprovechar el pequeño espacio que me proporciona esta humilde web para hacerlo.
Yo he formado durante casi ocho años parte del equipo de comunicación de la Federación Española de Baloncesto. He hecho muchísimas cosas, entre ellas, llevar temas de prensa de giras de la selección. He disfrutado de momentos absolutamente maravillosos. He trabajado por y para la mejor generación del baloncesto español, he seguido muy de cerca las evoluciones de los más jóvenes y me he emocionado como la que más con el trabajo y los éxitos del baloncesto femenino. Para mí ha sido un privilegio y un honor y muchas de esas experiencias formarán parte de las historias de pesada que le contaré a mis hijos y a mis nietos (si es que en algún momento llegara a tenerlos).
He estado ocho años sin contrato. Miento ligeramente, ya que firmé un contrato de mes y medio para la Copa del Mundo. El resto del tiempo trabajé en un régimen que podría considerarse de “falsa autónoma”. No había dinero para hacerme un contrato. Pero sí había 984 euros mensuales para el colegio mayor de la hija del presidente, por ejemplo.
Mientras yo pagaba casi 300 euros al mes de autónomos, más un 21% de IVA de un sueldo escueto, otros se compraban mocasines cargándolos como gastos de representación.
En abril de 2015 finalicé mi relación con la FEB. Por falta de presupuesto. No fui la única. Mucha gente tuvo que abandonar el barco. Porque los 155 euros diarios en el Portobello o los 7.000 euros para desayunar con las princesas Disney son más importantes. Me duele muchísimo. Primero, por la gente que se deja el alma y la piel y que ha vivido viendo el derroche de los que más trabajo les exigían cómodamente desde un restaurante de lujo. Segundo, me duele por mí. El aprendizaje y las experiencias de ocho años son muchas, pero las condiciones, aunque más de una vez se me reconocieron los merecimientos, nunca fueron buenas. Así que si alguien interpreta que esto está escrito desde el resentimiento, posiblemente tenga razón.
Jorge Garbajosa tiene un reto durísimo por delante. A nivel deportivo tiene que trabajar mucho en unas competiciones que en los últimos tiempos se han visto abandonadas. Ya se sabe que no había dinero para todo. A nivel estructural, tiene que hacer un lavado de imagen desmarcándose del régimen anterior. El problema es que esa mano le dio de comer, y no morderla le puede salir aún más caro.
Macarena García
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