Hablar de Panathinaikos es hacerlo de uno de los grandes equipos del baloncesto europeo y más en la época Euroleague. El conjunto ateniense ha sido uno de los grandes dominadores de Europa desde poco antes del cambio de milenio. Pero los tiempos han cambiado. La marcha de Zeljko Obradovic, arquitecto del que fuera gran dominador de Europa en la década de los 2000 (Cuatro Euroligas, más otra en 2011) dejaron al equipo huérfano de un líder y sumido en la más absoluta decadencia. El PAO ha ido cediendo protagonismo en Europa, viendo como el, tradicionalmente, vecino pobre de El Pireo les adelantaba incluso en Grecia y perdido su posición de peso en el mercado que les permitía convencer a grandes estrellas para enfundarse la camiseta verde.
Con la retirada del mago Diamantidis como epílogo de la década gloriosa, los hermanos Giannakopoulos, excéntricos dueños de “el equipo de todos los atenienses” (eso significa Panathinaikos en lengua helena) han tratado de darle un vuelco a la situación. No han dudado en rascarse el bolsillo para tratar de armar un proyecto que vuelva a ser competitivo y precisamente una de las mayores apuestas es el jugador que desgranaré a continuación.
Porque hablar de Chris Singleton (Canton, Estados Unidos, 1989) es hacerlo de eso, una apuesta. Todo el talento que atesora en sus 2.06 no deja de estar bajo sospecha debido a su inconstancia. Su poderío físico de nada sirve si no va acompañado de la actitud. Su tiro de tres es un arma letal siempre que sepa cómo y cuándo utilizarla y de su cabeza rapada pueden brotar chispazos de genio, pero también desatar un incendio si tiene algún encontronazo con directiva o entrenador. En definitiva, estamos ante un jugador con el talento suficiente para ser uno de los mejores jugadores de Europa, pero que si no juega bien sus cartas puede acabar jugando la Eurocup en un equipo random o, si me apuran, preguntándose qué ha hecho con su vida antes de disputar un partido de la esperpéntica FIBA Champions League en un pueblo perdido de Rumanía.
Con sus 2.06 alterna las posiciones de ‘4’ y ‘5’, aunque pasa la mayor parte del tiempo fuera de la zona. Tiene un buen lanzamiento exterior, en especial a pies parados, aunque también es habitual verle intentar buscarse la vida por sí solo. A pesar de no ser su fuerte, trata de generar juego en el uno contra uno aunque no es un jugador excesivamente rápido. Sin embargo, al jugar de ‘5’ abierto suele quedar emparejado con jugadores más grandes pero menos rápidos que él. Singleton ahí si tiene ventaja y sabe aprovecharla, además de valerse de un tren superior desarrollado que le permite ignorar los contactos. Además, posee una gran capacidad de salto que le permite jugar por encima del aro, culminando los alley-oops con contundencia o cargando el rebote ofensivo, otro de sus fuertes en este lado de la cancha. Pero, ante todo, hay que señalar una característica: se trata de un jugador de grandes noches. Capaz de lo mejor y lo peor de un día para otro. Una buena prueba de ello es que su mejor partido, la semana pasada ante Maccabi (26 puntos) vino precedido de dos de sus peores actuaciones en Euroliga (0 y 5 puntos ante Estrella Roja y Efes).
En defensa hablamos de un jugador más de highlights que de buenas actuaciones. Por supuesto, herramientas tiene y de sobra para ser un gran defensor y de hecho es habitual verle hacer gala de sus cualidades físicas colocando poderosos tapones. Pero también es habitual verle sufrir con las faltas, pues los jugadores con los que se empareja saben que en Singleton tienen un jugador al que pueden postear y castigar en la pintura. El gran problema es que Singleton no termina de implicarse en el entramado defensivo del equipo y eso le puede causar más de un problema con un entrenador como Xavi Pascual.
Su trayectoria refleja las dudas que he comentado antes. Porque venir a Europa no es lo habitual para un jugador que, tras destacar en la universidad de Florida State, fue elegido entre los 20 primeros del Draft de 2011 (Washington Wizards). Tres temporadas en la capital donde nunca llegaría a asentarse y de donde saldría por la puerta de atrás en 2014. Tras una temporada menos destacable de lo que podría esperarse en China, cuna de jugadores que buscan un contrato a base de destrozar las estadísticas, el Lokomotiv Kuban le rescató para la causa en 2015. Y en Rusia Singleton cuajó una buena temporada, siempre marcada por su irregularidad característica pero con grandes actuaciones como el inolvidable quinto partido de cuartos de final de la Euroliga, clasificando al equipo para la Final Four tras derrotar al Barcelona. Probablemente estemos ante un jugador del que desconocemos su mejor versión o, como mucho, solo la hemos visto a ratos. PAO le necesita y él necesita un equipo donde revalorizarse y sentirse importante. Hoy juega en el OAKA pero dónde jugará el día de mañana es algo que aún está en sus manos.
Nacho Anaya Coll
Deja un comentario