La cita de hoy se presentaba como una nueva edición de uno de los grandes clásicos del baloncesto europeo. Probablemente, el más desigualado de los últimos años en cuanto a dinámica de ambos conjuntos, pues frente a un Madrid en clara pugna por el primer puesto de la fase regular (más tras tumbar a CSKA) estaría hoy un Maccabi que afronta cada partido con la necesidad de ganar para mantener sus opciones de estar en el Top-8.
Pero la posición de los macabeos, antepenúltimos a su llegada al Palacio, no se corresponde con la calidad del equipo de Bagatskis. Goudelock dio muestras de ello en el primer cuarto, que finalizó con 10 puntos del base americano y una ventaja de 5 puntos para los visitantes, amparados en un parcial de 0-11 que fue lo único potable del primer acto. Las pérdidas se sucederían en ambos lados en unos 10 primeros minutos en los que los aros seguían cerrados.
Algo mejor irían las cosas en el segundo cuarto. La aparición de Rudy Fernández, autor de 10 puntos, sería clave para desatascar un ataque falto de ideas. Maccabi se apoyaría en el rebote ofensivo para compensar su escaso acierto de cara al aro, pero un nuevo recital de Luka Doncic (20 de valoración al descanso) y un triple de un acertado Randolph desde la esquina permitirían a los de Laso irse con una tímida ventaja, 37-36 al descanso.
Un nuevo arreón de los macabeos iniciando la segunda parte amenazó con romper el partido. Con un inspirado Rudd y el correcto Ohayon como armas, y aprovechando la nula defensa blanca pese a la presencia en posta de Draper, los de Bagatskis llegaron a disfrutar de una renta de 10 puntos. Llull, desaparecido en el primer tiempo y buena parte del tercer cuarto, apareció en el momento adecuado. Anotó su primer triple tras fallar los 6 anteriores y, tras otro acierto de Thompkins desde la esquina la diferencia quedaba en 3 puntos al final del tercer cuarto.
Smith y Goudelock, de nuevo desde el triple, volvieron a situar en 8 la diferencia. Ayón respondería con 6 puntos y el Madrid se lo jugaría todo a una carta: la de la defensa. Y acertaron. Maccabi acabaría hundiéndose ante la presión de un Madrid crecido ante el apoyo del Palacio, que volvió a rugir en el último cuarto acompañando la remontada. Llull volvería a aparecer para dar la puntilla y los errores de novatos de un equipo que dice estar compuesto por superestrellas harían el resto.
Un muy buen último cuarto en lo colectivo que permite enmendar un mal partido en el que Luka Doncic volvería a despuntar sin brillo. Porque, en el que pareció un día más para el esloveno, se las arreglaría para acabar con 10 puntos, 11 rebotes, 8 asistencias y 32 de valoración. Que semejantes números no nos llamen la atención es una nueva prueba de la naturaleza de este fenómeno, quizá el jugador más dominante jamás visto a la tierna edad de 17 años. Hoy, volvió a ser el mejor del Madrid. Y con esas cifras no descarten que lo sea también de esta jornada 17 de la Euroliga.
Real Madrid 80 (16+21+16+27) Llull (13), Doncic (10), Maciulis (0), Reyes (8), Ayón (14) – quinteto inicial – Randolph (6), Fernández (14), Carroll (4), Hunter (6), Thompkins (5)
Maccabi 75(21+15+20+19) Goudelock (18), Weems (5), Miller (14), Rudd (18), Iverson (6) – quinteto inicial – Smith (6), Seeley (0), Zirbes (2), Landesberg (2), Ohayon (4)
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