La dupla balear con 19 puntos para el ‘5’ y 20 para el ’23’ dejan el primer tanto de la eliminatoria en Madrid. San Emeterio y Dubljevic, líderes de un Valencia que dio guerra hasta el último instante.
Se preveía un partido de altos vuelos y así fue. Real Madrid y Valencia Basket mostraron sobre la pista del Palacio por qué son los dos mejores equipos de España. En un intercambio de golpes excelso, ganó el que tiene a Llull porque como siempre, el mejor jugador de Europa apareció cuando más sufría su equipo. Eso sí, esta vez tuvo un escudero de oro, Rudy, y eso es mucho decir.
El primer cuarto se inició con un sólido Valencia Basket que quería dejar claro en la pista por qué había llegado a la gran final. Comandados por un gran Sikma y una buena circulación de balón, los de Pedro Martínez gozaron de la primera ventaja importante del partido (12-18) que provocó el tiempo muerto de Laso. La respuesta fue inmediata. Rudy anotó de tres y redujo distancia y, aunque Thomas le devolvió la jugada, los blancos terminaron el cuarto con un parcial de 6-0 que puso las tablas en el marcador (21-21).
La igualdad máxima prosiguió en los siguientes 10 minutos aunque con intercambio de golpes. Primero, el Madrid obtuvo una pequeña renta (43-35) de la mano de un enorme Taylor (10 puntos en el cuarto) y un buen Reyes (7 puntos). Sin embargo, esta fue neutralizada por un gran juego de equipo por parte visitante que culminó Dubljevic mediante un triplazo sobre la bocina que hizo saltar al unísono a todo el banquillo taronja. Al descanso, todo igualado 43-43, con dos tremendos equipos que mostraban claramente sobre el parqué el motivo por el que estaban peleando por el título liguero.
La resurrección de Rudy
Quizá no ha sido su mejor temporada pero para aparecer en una final, nunca es tarde. Rudy tiró del carro en un momento delicado en el que Valencia seguía sujetándose con fuerza. 8 puntos suyos y otros 9 de Llull (con dos triples imposibles marca de la casa y un dos más uno) doblegaron a un serio Valencia que con Dubljevic estaba empeñado en vender muy cara su piel en el Palacio. Para el último cuarto, todo abierto (65-59).
Y en el último cuarto, el espectáculo mayúsculo. Dubljevic, San Emeterio, Llull y Rudy se batieron en duelo como si la vida se les fuese en ello. Canasta de uno, canasta de otro y así hasta los instantes finales, donde como casi siempre, mandó Llull. Al de Mahón no le quema la bola y cuando tuvo que decidir lo hizo de la mejor manera. Anotó, asistió y levantó al público para que alentase a los suyos cuando más lo necesitaban y así acabó llegando el primer triunfo blanco en la final.
1-0. Siguiente batalla, domingo a las 18:30. El escenario, el mismo. ¿El resultado? Ya se verá. Lo que sí está garantizado es el máximo espectáculo.
Parciales: 21-21, 22-22, 22-16 y 20-22).
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