La gran imagen ofrecida en el primer tiempo, con el Real Madrid dominando a su antojo y anotando con facilidad, con los hombres de banquillo rindiendo muy bien, quedó en segundo plano ante la remontada griega de la segunda parte que dejó una sensación de oportunidad perdida de asaltar un pabellón en el que no ganamos desde 2013.
Los ocho puntos seguidos de Lojeski dieron un 8-2 de salida a los locales pero pronto Doncic tomó los mandos del partido y se impuso en su emparejamiento a Calathes. Sus diez puntos en el primer cuarto junto a la agresividad de Yusta (en el segundo se dedicó a asistir) pusieron a los blancos por delante y la máxima en este periodo llegó a ser de 9 puntos, aunque una reacción verde de la mano de Calathes y ‘nuestro’ KC Rivers recortaba la ventaja al 23-28 tras los diez primeros minutos. A destacar también el trabajo de Walter Tavares, que cada vez parece más adaptado y que al descanso llegaba un 7+4.
El segundo periodo fue el de la confirmación de que el Real Madrid quería la victoria en el OAKA. El banquillo rindió a un nivel excepcional con Rudy apareciendo en ambos lados de la pista y Trey Thompkins (9+5 en doce minutos) cerrando el rebote y anotando con la facilidad que él tiene. El dominio del rebote (8-20 a nuestro favor al descanso) fue clave en el parcial a favor del Madrid, que logró la máxima del encuentro justo antes de pasar por vestuarios (40-54).
Pero en la segunda parte todo el trabajo de los primeros veinte minutos se vino abajo. Un 13-2 de salida del Panathinaikos les metió de lleno en el partido, en unos minutos marcados por la caraja blanca y el gran acierto local. Tavares estaba perdido y nos empezamos a desangrar en el rebote, cosa que aprovechó Gist para empezar a campar a sus anchas en la pintura. Rivers, como casi siempre que jugamos contra él, nos destrozaba desde el perímetro y empataba el partido a 62 antes de que un parcial de 2-7 con canasta de Campazzo sobre la bocina volviera a dar aire al Madrid justo cuando terminaba el tercer cuarto (64-69).
El OAKA apretaba, Panathinaikos subía la intensidad defensiva y los árbitros les dejaban hacer. Pese a varios minutos de desconexión, con una desventaja que llegó a ser de -4 por varias pérdidas de Luka Doncic (hoy no tuvo su mejor tarde), el Real volvió al encuentro sobreponiéndose a más triples de KC Rivers y a la garra de Gist. Un triple a una pierna del base esloveno empataba el encuentro a 77 e incluso llegamos a mandar 77-78 tras un tiro libre de Thompkins, pero un mal ataque propició una contra de los verdes y Pappas no perdonó desde el triple. Doncic empataba a 80 desde el tiro libre a 17 segundos del final, aunque una falta discutible de Rudy le daba a Gist otros dos tiros libres que el interior americano metía. En la última acción Campazzo consiguió sacar un pase para el triple en buena posición de Thompkins pero el balón tocó aro y la victoria se quedó en Atenas.
Balance de 5-4 en Euroliga en un encuentro que deja un sabor muy amargo por el +16 que llegamos a tener aunque en el segundo tiempo esa falta de rotación interior, el cansancio y malas decisiones en ataque nos condenaron. Próximo rival, Crvena Zvezda el jueves en el Palacio.
Pablo Herrero – @pablohm29
Ficha técnica:
Panathinaikos (23+17+24+18): Calathes (12), Lojeski (8), Antetokounmpo (3), Gist (15), Singleton (10) -cinco inicial- Rivers (20), Pappas (9), Denmon (0), Vougioukas (4), Lekavicius (0), Gabriel (1), Auguste (-)
Real Madrid (28+26+15+11): Campazzo (7), Causeur (7), Doncic (19), Yusta (4), Tavares (7) -cinco inicial- Randle (3), Rudy (9), Radoncic (-), Maciulis (0), Reyes (12), Carroll (0), Thompkins (12)
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