Los quintetos actuales, con esa nueva moda de marginar a los cincos, son cuartetos pequeños y extraños. Igual que los serventesios, en honor a los «Fernandos Romays» de hoy día, que a continuación expongo:
Para jugar al baloncesto
antes se necesitaba
echarle muchos arrestos
si en la zona te parabas.
Ahora si juegas de espaldas
casi hasta te miran raro.
Como si llevaras falda
cuando te cuelgas del aro.
Los entrenadores, prestos,
a los bigardos reclaman
que transformen su puesto
y a la esquinita que vayan.
Y la afición les respalda,
pues no les gustan los faros
con complejo de Giralda.
Prefieren muchos disparos.
Querido hombre alto (y apuesto),
tus días están contados
más no te sientas molesto
si ya no eres de su agrado.
De hermoso mástil, a baldas.
Del mascarón de proa, al paro.
¡Son rubíes y esmeraldas!
Por si las dudas, lo aclaro.
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