Goga Bitadze (Sagarejo, 1999… ¡1999!) ya les suena como la ultimísima nueva tendencia en baloncesto europeo. Agazapado en el hortera Mega Bemax serbio, el pívot georgiano ha saltado a mitad de temporada al Buducnost montenegrino para presentarse en sociedad. Una Euroleague que servirá como escenario donde proyectar el momento y situación en la que se encuentra este chico alto (2’11 m.) de 19 años.
Y es que la expectación con todo jugador europeo que pueda recalar en la primera ronda del draft de la NBA empieza a ser ya una constante. Con Doncic dominando partidos en su primer año en la NBA y Kevin Durant hablando de las “ventajas” que ha tenido en Europa no teniendo que perder el tiempo en los estudios (?), con la fiebre Porzingis esperando su vuelta, con Nurkic haciendo récords de la NBA y sobretodo con Nikola Jokic a nivel MVP de la liga, lo normal es que exista cierto optimismo con la cantera europea.
Y claro, resulta que Bitadze ha jugado en el mismo equipo de la misma camiseta rosa que el center serbio. Y entonces las odiosas comparaciones salen a escena: ¿es el nuevo Jokic? Vamos a responder rápido a esto: no.
Bitadze, hijo de un jugador de baloncesto retirado de forma temprana por las malditas lesiones, ha bebido baloncesto desde edad muy temprana. El buen conocimiento del juego no fue tan necesario cuando sus propias condiciones físicas le otorgaron una superioridad evidente en las canchas de Tiflis. Y es que en Georgia llamó rápido la atención jugando en categorías inferiores, cuando en el europeo sub 16 se erigió como líder de una Georgia que intentaba hacerse hueco en la división B del torneo. Con tan sólo 16 años -recién cumplidos- Goga promedió 14.2 puntos y 8.9 rebotes, pero sobretodo ponía encima de la mesa un arma: 3.6 tapones por partido.
Así no tardó en llamar la atención de una de las mayores cunas de talento del baloncesto serbio, Mega Bemax, que le reclutaba y le cedía al club vinculado de Smederevo -donde ya habían utilizado la fórmula con Rade Zagorac y Jaramaz, entre otros-. Desde entonces ha crecido mucho y quién esto escribe cree que es una de las peculiaridades de este joven que puede dar mucho que hablar si continúa dicha línea ascendente. Para hablar de ello no tenemos más que preguntarnos, ¿quién y qué hace Goga Bitadze y por qué me tengo que fijar con él mañana ante el Real Madrid?
(Goga Bitadze ya jugó en el Adidas Next Generation Tournament contra el Real Madrid de Radoncic y Pantzar)
Bitadze es un interior que nació como ese pívot dominante de rebote y tapón mirando a Zaza Pachulia y ha crecido en el baloncesto moderno, tirando junto a Shengelia. Nikoloz Cherkezishvili, entrenador de las categorías inferiores de Georgia, ya sabía lo que estaba suponiendo un cambio en el baloncesto moderno. De Stepania a Pachulia llegando a Tornike Shengelia, muchas cosas han cambiado en Europa y Estados Unidos. Y claro, como dijo Shengelia “el chico es disciplinado y Niko sabe todo lo que necesita para aumentar su nivel”.
Un interior tan joven que iba al rebote de forma notable y tenía un talento innato para coger el rebote ofensivo así como para taponar, lo tenía todo para, modernizándose, alcanzar la mejor liga del mundo. De esta forma tenemos hoy en día a un 2’11 bastante estilizado y ágil que es capaz de tirar no sólo de media sino también de larga distancia, la gran adenda de un pivot en los tiempos que corren. Aún con una mecánica un tanto lenta pero que es fácilmente mejorable.
A día de hoy se le atisban debilidades evidentes. Pese a tener un físico atlético notable para un hombre alto y correr bien la cancha, parece razonable cierta mejoría. Sobretodo en el tren inferior, lo que le hace aún no poseer un salto que llame demasiado la atención. De igual manera y muy contrario a Jokic, no se le intuye esa visión en cancha y saber entender el juego que tenía el serbio cuando fue… segunda ronda del draft.
Pero Bitadze progresa muy rápido. Un cambio físico muy interesante que le ha hecho saltar a la Euroleague no sólo de forma notable sino a ritmo de MVP. En sólo cuatro jornadas promedia 14.8 puntos, 6.8 rebotes (de los cuáles 3.5 son ¡rebotes ofensivos!) y 3.3 tapones.
Su fichaje a mitad de temporada por Buducnost nos recordó mucho al de Ante Zizic por Darussafaka hace tres años. El croata, hoy en Cleveland Cavaliers, nos gustó mucho en aquella eliminatoria ante el Real Madrid que dio el paso a la Final Four a los de Laso. Llegó y consiguió ser la referencia interior del equipo turco, promediando 9 puntos y 6.7 rebotes por partido, sin llegar al tapón de media.
Con Bitadze parece evidente de que hablamos de alguien que no sólo es capaz de sumar estadística de una forma relativamente fácil sino que además parece que tiene espacio para progresar y lo mejor: predisposición para conseguirlo.
¿Lo peor? Cierta volatilidad. Pasional y competitivo en pista, cierta ansiedad le hace perder ritmo en tramos del partido. Una irregularidad que Vladimir Stepania, el primer georgiano en pisar la NBA y por ello alguien con mucha voz en su país, vio en eso su principal problema hace ahora un año, con Bitadze siendo importante en la selección nacional en las ventanas FIBA.
Me ha gustado mucho Bitadze, pero es demasiado jóven y está demasiado verde, aunque ya luzca como un profesional más. Tiene buena mano y puede incluso tirar de fuera, pero necesita experiencia. Tiene tiempo para estudiar más los fundamentos clave del baloncesto. Se ha salido mentalmente del partido ante Serbia y ni llegaba a los bloqueos».
Buen palito y muy típico del baloncesto del Este: aprender a hostias. Mucho tiene que mejorar Bitadze para convertirse en alguien que termine siendo sobresaliente en su objetivo: la NBA. Pulir y mejorar la velocidad de su tiro, fortalecer un físico que va por buen camino para correr la cancha y defender la zona. Quizá entender el baloncesto más allá del aro, encontrar a los compañeros.
Pero cuando sacamos tantos defectos de alguien que en sus primeros cuatro partidos en la Euroleague ha hecho números de Top 10, con sólo 19 años, es porque no sólo puede mejorarlos sino que además ya lo está haciendo. Y mañana tendrá la oportunidad de tener enfrente a uno de los mejores juegos interiores del continente para probar su potencialidad.
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