Noto estas últimas semanas cierto pesimismo en un sector del madridismo. A pocos días de empezar los playoffs contra el Panathinaikos escribo esto para dar motivos a aquellos incrédulos o faltos de fe que empiezan a ver a Calathes como la reencarnación de Magic Johnson (en la pista, en los despachos ya tal) y al equipo griego en general como si fuera el Dream Team, dirigidos por un Rick Pitino que sí lo está haciendo mejor de lo que (creo) todos esperábamos.
No pretendo realizar un discurso que os haga levantaros del sofá o tirar el móvil por la euforia que os cause leerlo. No. Simplemente me animo a exponer los motivos por los que seguimos siendo favoritos pese a la baja por lesión de nuestro gran referente y pieza clave en lo anímico.
Hay motivos para creer en Campazzo, porque pese a que lleva unos meses sesteando y con problemas en algunos partidos para dirigir y anotar es un jugador que nunca se va a esconder y que en defensa siempre nos asegura ser una mosca cojonera para cualquier rival. Y porque es argentino, por supuesto.
Hay razones para confiar en que Rudy Fernández se va a volver a jugar el físico como hace siempre para defender a jugadores mucho más corpulentos que él, que siempre estará en las ayudas y que echará un cable a Campazzo en la dirección si es necesario. Y el que aún tenga dudas sobre la valía del mallorquín, que se ponga a jugar a la petanca.
Pese a los altibajos y la irregularidad, Causeur y Prepelic, dos sospechosos habituales esta temporada, darán todo lo que puedan para ayudar al equipo cuando Laso los necesite. No sería la primera vez que uno de estos jugadores decide una final saliendo desde el banquillo como factor inesperado.
Qué decir de Jaycee Carroll. Ojalá llegar a los 36 años con esa agilidad y frescura de piernas. Las temporadas parece que no pasan por él y sabemos que siempre podemos esperar un par de canastas o triples suyos cuando peor pinten las cosas.
Taylor nunca hace ruido pero se volverá a emplear a fondo para frenar a Calathes y compañía. Deck, con ese carácter tan extrañamente tranquilo para ser argentino, aportará rebote. Y Yusta, si tiene minutos, no desentonará.
La posición de ‘4’ está fuera de toda duda. Seguramente el capitán será el que menos minutos tenga pero ya demostró en el segundo partido de la temporada pasada que algunos minutos suyos pueden decantar partidos. Trey y Toñejo son mucho más desequilibrantes en ataque que cualquiera de sus pares del conjunto griego y ambos tienen calidad y capacidad de romper partidos gracias al rango de tiro que tienen.
Tavares ha renacido tras un bache de juego bastante evidente a principios de 2019 y ya demostró en el último partido en el OAKA que si está centrado ningún pívot del Panathinaikos puede frenarle. Su ayuda en el rebote, apartado en el que sufrimos últimamente, será fundamental.
Ayón, quizá uno de los dos o tres pívots de Europa con mejor capacidad de pase tendrá un papel clave asistiendo a los exteriores y frenando a un DeShaun Thomas al que no es raro verle jugar de falso pívot.
Me he querido centrar en los jugadores ya que creo que si a estas alturas de la vida alguien aún duda del trabajo del cuerpo técnico va a ser imposible hacerle cambiar de opinión.
El miércoles empieza la batalla para alcanzar la Final Four, y pese a las vacaciones, las ausencias de abonados y las torrijas, el Palacio debe ser un factor clave para sacar los dos primeros encuentros antes de viajar a Atenas.
Pablo Herrero – @pablohm29
Foto portada: ACB MEDIA
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