El derbi se presentaba de forma muy distinta para ambos equipos. El Real Madrid, con la mente en Vitoria, está inmerso en la pelea por la primera plaza de la fase regular mientras que el Estudiantes pelea por evitar el descenso. Por si fuera poco, un festival de triples en el primer cuarto de los de Laso dejó el encuentro visto para sentencia y el resto de la noche tuvo poco interés más allá de ver en cuánto quedaría la diferencia.
El 0-5 de salida de los colegiales fue la única -y efímera- ventaja que tuvieron en el partido. A partir de ahí, el Real entró en combustión y con un espectacular acierto desde el triple destrozaron a un rival que no encontró la manera de frenar la avalancha blanca. Taylor, Rudy y Randolph, con dos cada uno, junto a otro de Campazzo y otro de Carroll (mientras Tavares cerraba la zona) daban mucho margen a los locales para jugar el resto de la noche a medio gas. El 30-18 de los diez primeros minutos lo decía todo.
La salida de los suplentes no cambió la dinámica y la ventaja siguió estirándose, alcanzando pronto los veinte puntos. La amplia ventaja permitió a Laso rotar a los suyos y evitar minutadas y los jugadores que salieron desde el banquillo dieron otro aire al partido aunque el acierto desde el perímetro se mantuvo. Llull estuvo especialmente activo y junto a Ayón, que se hinchó bajo canasta, pusieron el 42-22 a poco más de cinco minutos del descanso. Ahí el Real Madrid levantó un poco el pie y el Estu redujo algo la desventaja, en parte por la permisividad arbitral con sus faltas. Con el intercambio final de canastas, el derbi se fue al descanso con un 55-38 que dejaba el partido sentenciado a falta de todo el segundo tiempo.
El paso por vestuarios mantuvo el guión de la primera parte y el gran protagonista del tercer cuarto fue Jeff Taylor, que dejó muestras una vez más de que llega al tramo decisivo de la temporada como una moto y puede ser un factor clave en la Final Four. Un par de arrancadas al contraataque aguantando el contacto y sacando el adicional fue lo más destacado de estos minutos, que con una intensidad ya baja dejó el marcador con un 84-61 tras el tercer cuarto.
El último parcial, al igual que el resto del partido tras el primer cuarto, únicamente sirvió para que la afición madridista despidiera a sus jugadores antes de Vitoria, ya que el de hoy fue el último encuentro como locales antes de pelear por la Euroliga. Con Causeur anotando un triple que permitía al Real alcanzar los cien puntos a falta de cuatro minutos, el encuentro terminó de morir y permite a los de Laso dormir como líderes a la espera de lo que haga el Barcelona.
Pablo Herrero – @pablohm29
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