Todos sabemos lo que pasa si en el Madrid pierdes un par de partidos seguidos, enseguida empiezan las críticas y las dudas sobre los jugadores, entrenador, sistema… Las victorias son lo único que importa, y en un club acostumbrado a ganar todo cuando se pierde tres partidos seguidos la claves es encontrar la manera de ganar el siguiente sea como sea. El Madrid no ha empezado bien como visitante en Euroliga, pero en casa todavía no ha perdido ningún partido ni en Liga ni en Europa.
En una competición tan igualada como es la Euroliga enseguida ocupas las últimas posiciones con un par de derrotas consecutivas. La regularidad es algo fundamental para meterte entre los 8 mejores de la competición.
Los pupilos de Laso sabían que hoy había que dar un golpe encima de la mesa. Solo cabía la posibilidad de ganar. Con esa intención salieron en los primeros minutos, y todo salió sobre ruedas. Los triples entraron, hasta cinco en el primer cuarto, con un grandioso Randolph en ataque y un Campazzo repartiendo juego. Entraba todo, y los alemanes no sabían que hacer para parar la sangría. Un parcial de 15-3 para los blancos les permitió acabar el primer cuarto con 14 de ventaja.
Pero no iba a ser fácil, ningún partido en Euroliga lo es. Los de Aito se pusieron el mono de trabajo y pararon la sangría desde el triple concediendo tan solo un triple en el cuarto, aún así los blancos se fueron al descanso con un 6/10 desde el 6’75. Sin embargo, el Alba de Berlín empezó a encontrarse cómodo, Tavares no fue suficiente para intimidarles. Entraron a canasta con mucha facilidad y hicieron que los blancos tuvieran que agotar posesión y buscar tiros forzados. Resultado: tan solo cuatro abajo al descanso. Partido nuevo.
Es obvio que el Madrid está pasando por un bache, por una mini crisis de juego. Ese tipo de crisis que tienen todos los equipos durante toda la temporada, esa sensación de no saber hincar el diente al contrario, de que no te entra nada y de parecer vulnerable ante cualquier equipo. Eso los rivales lo saben y aprietan el acelerador aún más. El tercer cuarto fue un claro ejemplo de esto, volvimos a ver a un Madrid muy atascado, sin las ideas claras y perdiendo el dominio del encuentro. Las caras de los blancos eran de preocupación. Los alemanes estuvieron durante todo el partido a un nivel defensivo excelente.
Pese a este estado de forma el Madrid no concebía otra derrota, ni siquiera entraba en la ecuación perder hoy. Los de Laso se dejaron todo en el último cuarto y los visitantes empezaron a irse poco a poco del partido. Llull, junto a la ayuda de Tavares y Deck pusieron el corazón que le ha faltado el Madrid en las últimas salidas europeas. El Alba de Berlín estuvo muy desacertado en el último cuarto y cuando se quiso dar cuenta ya perdía por 12 puntos. Y no es raro si decimos que el Madrid jugó con uno o dos jugadores más porque el apoyo del Wizink Center fue espectacular durante todo el partido. Los de Laso respiran después de el tsunami de las últimas semanas. Siguiente rival en casa de Euroliga, el Barca de Pesic.
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