Los viajes europeos no estaban sentando nada bien al Real Madrid. Con su casillero de victorias en competición europea fuera del Palacio todavía vacío esta temporada, los de Pablo Laso salieron a la cancha del Estrella Roja dispuestos a cambiar esa dinámica, aunque les costó más de la cuenta llegar a un final satisfactorio.
El técnico vitoriano confío en Campazzo, Llull, Deck, Randolph y Tavares como quinteto inicial y los primeros minutos fueron positivos, aunque ya denotaban que el triple no sería un arma útil. Los fallos continuos desde la línea de 6´75 propiciaron que los blancos dejasen escapar su buena renta inicial de 2-7, permitiendo a los locales colocarse por delante tras un tiempo muerto (9-7). El Madrid reaccionó centrando su juego en la pintura y de las canasta de dos llegó su ligera renta al final del primer cuarto (9-12).
Laso dio entrada a Garuba, Mickey, Causeur y Laprovittola junto a Tavares y el refresco funcionó. La intensa defensa blanca propició numerosos robos (seis al descanso) que a fin de cuentas se convirtieron en puntos clave para no abandonar el liderazgo en el marcador al descanso. Eso sí, hubo fases. El Madrid llegó a estar 10 arriba (12-22) pero poco a poco los serbios fueron reduciendo las distancias hasta situarse a cuatro puntos, aunque Llull sobre la bocina estiraría la resta hasta los seis a la conclusión de los primeros 20 minutos (27-33).
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Tercer cuarto para olvidar
El paso por vestuarios abrió la mente de ambos equipos y también sus manos. El intercambio de canastas se adueñó del partido, con Baron y Carroll como principales exponentes, aunque con una diferencia sustancial: al Madrid seguían sin entrarle los triples y eso dio alas a Estrella Roja (45-45, min. 27). Tras el empate a los blancos se le apagaron las luces completamente y ahí los locales no desperdiciaron la oportunidad de ponerse por delante (52-49). El conjunto merengue tenía 10 minutos por delante para deshacer el entuerto en el que se había metido por enésima vez lejos del Palacio en Europa.
Y el triple pasó de lastre a esperanza
Lo que hasta el momento había sido el punto negativo del Madrid en el choque, el triple, pasó a ser el arma letal para voltear el marcador. Tres, sí, tres triples consecutivos auparon a los blancos 52-58 y obligaron a Gavrilovic a solicitar tiempo muerto. Había casi seis minutos por delante.
Estrella Roja tardaría en anotar más de cinco minutos, y no sería sin antes encajar otro triple, esta vez de Rudy (54-61, min. 35:20). Brown anotaría posteriormente un mate impresionante que levantó a la afición local de sus asientos pero que, por contra, adormeció a los suyos. El Madrid sacó provecho de ello y, primero con una penetración de Llull y posteriormente con el cuarto triple de Rudy en el encuentro, consiguió poner la máxima renta favorable en todo el partido (58-68, min 37).
Tavares y Garuba se agigantaron en los tapones y la victoria ya no se escapó. En cuanto los triples entraron dejó de haber pelea y el contundente marcador final (60-75), es una buena prueba de ello. El Madrid estrena su casillero de victorias en feudo ajeno en Euroliga y no fue sin tiempo (ni sufrimiento).
Parciales: 9-12, 18-21, 25-16 y 8-26.
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