La dura semana de Euroliga tenía como colofón para el Real Madrid un duelo de ACB contra Herbalife Gran Canaria en el Palacio a una hora tardía que no animó demasiado a la afición blanca a acudir al pabellón. Pese a ello, con el paso de los minutos los más tardíos fueron ocupando sus asientos y las gradas tomaron un tono ligeramente más acogedor.
En el parqué, los de Laso tenían un objetivo claro, evitar lo sucedido en Bilbao la semana anterior sin descargar las ya de por sí bastante mermadas pilas. Laprovittola y Llull entendieron esto a la perfección y enseguida tomaron el mando para distanciar a los suyos y afronta el choque con tranquilidad (23-14 al final del primer cuarto). Tavares tomó el relevo con mates varios de bella factura que dieron pie a abrir una brecha insalvable ya para los canarios pese al mucho tiempo que había por delante y el empeño que pusieron en ello (48-30 al descanso).
Porque los canarios dieron el susto en un tercer cuarto convulso para el Madrid. Los blancos dejaron de ver aro con facilidad y Gran Canaria se acercó hasta donde tan solo unos instantes antes era impensable (60-54, min. 29). El Madrid se repuso poco a poco, impidiendo que esa renta se estrechase más y, con la salida en tromba del último cuarto dejó todo visto para sentencia (75-58, min. 32).
Con 8 minutos por delante, Laso repartió minutos y hubo tiempo para varias polémicas arbitrales que se saldaron con una expulsión de Rudy y múltiples revisiones que retrasaron un final que ya estaba escrito desde hacía tiempo. 92-76 y el Madrid que continúa en lo alto de la tabla con un registro de 9-1.
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