Y van siete seguidas. El Real Madrid, por séptima temporada consecutiva, luchará por alzarse con la Copa ACB tras apabullar a Valencia Basket (91-68) en el Martín Carpena de Málaga.
Desde el principio se vieron las intenciones del Real Madrid de no dar respiro a los de Jaume Ponsarnau. De la mano de Facundo Campazzo y Edy Tavares, los de Laso imprimían una exigencia en ambos lados de la cancha que en ningún momento el conjunto taronja ha estado siquiera cerca de poder igualar. El base y el pívot, una de las parejas más determinantes del viejo continente, lideraban a un Real Madrid al que solo la falta de acierto en el segundo cuarto desde el triple le impedía destrozar el encuentro antes de llegar al ecuador del mismo. La intensidad de la defensa merengue dejaba a Valencia Basket en la primera mitad en tan solo veinte puntos (34-20).
Tras el paso por vestuarios quizá la defensa del Real Madrid no fue la misma, pero tampoco iba a hacer falta. El tornado originado por Campazzo, omnipresente en defensa y mágico en ataque, arrasaba todo lo que encontraba a su alrededor. Mientras, Tavares se encargaba de encoger el brazo de todo aquel que se acercaba a las inmediaciones del aro blanco. Randolph, que llegaba tocado, sentenciaba a base de triples abiertos. Carroll también sumaba. Una tormenta perfecta de la que Valencia no pudo resguardarse. Se llegaba con 67-44 al final del tercer cuarto, con un Real Madrid con la moral por las nubes y un Valencia Basket hundido.
Los últimos diez minutos del choque sirvieron a los de Ponsarnau para maquillar ligeramente una diferencia que llegó a los treinta puntos, mientras que a Laso le valieron para dar descanso a un Campazzo que flirteó con el triple doble con sus 15 puntos, 9 asistencias, 7 robos y 5 rebotes en apenas 22 minutos de juego. Una exhibición a la altura de lo que es: el mejor base puro de Europa. Y es que nadie más que el Facu quiere ser el Rey de esta Copa.
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